Ruindad humana

Una persona, siempre que actue de buena fe, puede ser lo que quiera... socialista, comunista, liberal, tradicionalista, nacionalista, anarquista, conservador, independentista, progresista, e incluso de extrema derecha, pero lo del PP, y más concretamente lo de Zaplana, es de auténtico juzgado de guardia.

En el cierre de las conclusiones de la comisión parlamentaria de investigación del 11-M, el ínclito Zaplana dice que no se sabe quien fueron los autores "morales" y que no se ha investigado suficientemente la pista etarra. Se ha de tener la jeta de cemento armado y pensar que los que le oimos somos imbéciles.

Una investigación que ha dado casi un centenar de detenidos e infinidad de pruebas claras y documentadas de la autoría islámica del atentado me parece lo suficientemente sólida como para finiquitar la via acebiana de la autoría etarra. Si esa investigación es de pandereta como dice Zaplana, ¿cómo debemos tildar las investigaciones efectuadas por el FBI, la CIA, la Policia de NY y los Marines, del ataque a las Torres Gemelas de NuevaYork en las que sólo se ha detenido ¡una persona! ? La valoración se la dejo a su gusto.

Sólo una enfermiza NECESIDAD de que fuese ETA hace que este personajillo, ambicioso, sin escrúpulos y manipulador, intente contínuamente confundir a la gente intentando convertir en verdad una mentira de tanto repetirla. Alguien le arrebató la poltrona y tiene que recuperarla al precio que sea.

Él, que dejó la presidencia de la Generalitat Valenciana por ambicionar cotas más altas de poder en Madrid, ante la perspectiva de una victoria facil por mayoría absoluta, se encontró de la mañana a la noche en la calle. Francisco Camps, su oponente en el PP valenciano, ocupó la Generalitat y ahora se ha quedado sin gobierno central y sin gobierno autonómico del que chupar, y eso no puede ser. Y no lo ha asumido todavia. Quiere que sea ETA quien hizo los atentados y quiere que ellos sean los que le metan en el Gobierno y lo saquen de ese limbo sin poder real en el que cayó por culpa de "cuatro moros asquerosos". Y no cejará en el empeño hasta que consiga lo que se propone.

Púdrase en su propia ambición, Sr. Zaplana, tal como se han de pudrir en la carcel los desalmados -sean del signo que sean- que cometieron los atentados. Púdrase en su propia ruindad tal como lo tuvieron que hacer, sin quererlo, la pobre gente inocente que sumida en la desgracia perdió la vida en aquellos atentados. Atentados que intentaron manipular soez y vilmente simplemente por saciar sus ansias de poder.

Desde la rabia y la impotencia, le digo de todo corazón:¡Púdrase!