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Feixa Llarga, el agónico suspiro de una acequia histórica

Estadi de la Feixa Llarga
Estadio de la Feixa Llarga
Cuando a principios de 2013 me encontré explicando lo que era el Canal de la Infanta y la acequia de la Feixa Llarga a un concejal del barrio de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat, me di cuenta que esta ciudad tenía un gravísimo problema de base: no conocía, ni poco ni mucho, su historia. Y si no conoces mínimamente la historia de tu pueblo...¿cómo puedes quererlo? Imposible. El hecho de ser una ciudad con población inmigrante en un 90%, su falta de enraizamiento con el territorio y la falta de una política municipal activa de protección del patrimonio y de divulgación de su historia hace que, decir “Feixa Llarga”, a lo máximo que nos lleve actualmente es a relacionarlo con el campo de fútbol del C.d'E. L'Hospitalet. No obstante, un pequeño reguerote a cielo abierto por el que pasa agua de vez en cuando y al cual parece que nadie da ninguna importancia, resulta ser lo que queda de una de las acequias más importantes del delta izquierdo: La Feixa Llarga.

Inicio del tramo a cielo abierto de la Feixa Llarga
Inicio del tramo a cielo abierto de la Feixa Llarga
Al final de la calle Arquímedes y a la banda de mar de la curva que une esta calle con la Travesía Industrial, se puede ver -si lo permiten los huertos urbanos y las vallas publicitarias- el paisaje rural de Can Trabal, el último espacio agrícola de L'Hospitalet. Un amenazado espacio, de unas 40 hectáreas, que es el último exponente de las 2.000 hectáreas que habían llegado a estar dedicadas a la agricultura en este municipio. Con todo, y si bien al incierto futuro de esta excepcional parte de Hospitalet ya he dedicado algún artículo (ver Cal Trabal: el fin de L'Hospitalet?), en este caso pondré el foco en la canalización a cielo abierto que corre justo en el punto de contacto entre los campos cultivados y el desnivel de la calle. Canalización que, en buena parte de sus 225 m de recorrido, transcurre entre huertos urbanos de autoconstrucción los cuales aprovechan el agua que, variando según la época de riego, corre por esta histórica acequia excavada directamente en el suelo. 

Can Rosés, origen de la Séquia del Molí (Feixa Llarga)
Can Rosés, origen de la Séquia del Molí (Feixa Llarga)
La acequia de la Feixa Llarga era una de las diversas canalizaciones que llevaban el agua del Canal de la Infanta (que circulaba paralela a las vías del tren desde Molins de Rei a Sants, ver El Canal de la Infanta o la trascendencia histórica de un patrimonio olvidado) a regar una parte importante de las tierras de cultivo de la parte izquierda del Delta del Llobregat, mayoritariamente pertenecientes a L'Hospitalet. Esta acequia, que recogía el agua del Salto Rosés en Cornellà, tenía una longitud de 6.635,50 m hasta su desembocadura en el río y, si bien recibía el nombre de Séquia del Molí (acequia del Molino) en su recorrido por Cornellà, cuando pasaba a territorio hospitalense pasaba a llamarse Feixa Llarga. Un recorrido que se mantuvo más o menos estable desde el principio de la entrada en funcionamiento del Canal de la Infanta, al vertebrar las tierras de regadío que se encontraban entre el Llobregat (regadas por la acequia de Vora el Riu) y la de Bellvitge, que pasaba por lo que hoy es la Av. Mare de Déu de Bellvitge. No obstante todo iba a cambiar dramáticamente.

Espacio de Can Trabal y la Feixa Llarga (1986)
Espacio de Can Trabal y la Feixa Llarga (1986)
Si bien, al encontrarse en una zona marginal del municipio (la prueba es que a día de hoy, las últimas tierras no urbanizadas se encuentran en esta zona), los terrenos regados por esta acequia no se vieron afectados en demasía con las primeras oleadas urbanísticas de la ciudad (excepto por la expropiación de las tierras que estaban por debajo de la Gran Vía para la construcción de la Zona Franca, ver La expropiación de la Zona Franca: Historia de una puñalada trapera (1)), durante los años 80 del siglo XX, el crecimiento descontrolado de la población hospitalense y de su actividad industrial implicó el cambio de tendencia. 

Mapa de las acequias de la zona de Can Trabal
Mapa de las acequias sobre una foto actual (2019)
Conforme que el agua de riego del Canal de la Infanta bajaba de calidad al tener que absorber desde 1968 los residuos que le eran trasvasados desde el río Anoia y la Riera de Rubí, la agricultura que se desarrollaba regada por la acequia de la Feixa Llarga se resintió. Esta situación insostenible y la presión demográfica de una población en crecimiento, hizo que los propietarios de terrenos de la zona dejaran progresivamente la agricultura en beneficio de un más que rentable negocio inmobiliario, debido a que el suelo era más valioso que aquello que producía. En paralelo, el desarrollo de la ocupación hasta el término de Cornellà de los terrenos que formarían el polígono industrial de la Carretera del Mig, provocó que la acequia fuera desviada y modificada en varios puntos para dar cabida a las nuevas calles e industrias. No obstante no fue hasta las Olimpiadas de Barcelona 1992 que la acequia de la Feixa Llarga sufrió el mazazo definitivo. 

Acequia de la Feixa Llarga (2019)
Acequia de la Feixa Llarga (2019)
La construcción de la Ronda de Dalt y el tramo final de la Travesía Industrial, la urbanización del Campo de Beisbol (convertido en el campo de fútbol del Hospi posteriormente), y la ordenación de todo el tramo hasta el Hospital de Bellvitge, provocó la desviación, modificación y cobertura de la acequia (hasta entonces en buena parte aún a cielo abierto), si bien al tener que asegurar el servicio de riego a Can Trabal, no podía ser anulada. La construcción de la “Deixalleria” en 1999 implicó la cobertura de una gran parte, pero también la construcción al aire libre del tramo de 225 m que vemos hoy en día. Un tramo que corresponde al desagüe del excedente de agua de riego al cauce original de la Feixa Llarga que, a raíz de la urbanización de la zona en el 92 fue cubierta en el tramo desde Travesía Industrial hasta el Hospital, y convertida en una cloaca más de la ciudad.

Feixa Llarga, aprovechada por huertos urbanos
Feixa Llarga, aprovechada por huertos urbanos
En la actualidad, el agua de riego que pasa un par de veces por semana por este tramo olvidado (pero vivo) de la acequia de la Feixa Llarga, y que es aprovechado por los numerosos huertos urbanos que se han instalado a sus orillas, no proviene del originario salto Rosés (anulado hace lustros). Bien al contrario, este agua circula por un ramal subterráneo que viene por la Carretera del Mig desde Cornellà, y que proviene de la acequia de Vora el Riu. Esta acequia, la más cercana al río y proveniente de Sant Joan Despí, es la única de las acequias históricas que, a pesar de haber sido entubada para evitar la pérdida de caudal, aún da servicio con agua del Canal de la Infanta a las 40 hectáreas de Can Trabal.

Desagüe del tramo abierto de la acequia
Desagüe del tramo abierto de la acequia
Sea como sea, los últimos 225 metros de Feixa Llarga que tenemos son un testimonio excepcional (por la casualidad que ha permitido que aún se mantenga en uso) de un pasado agrícola hospitalense en peligro permanente por la especulación urbanística, por el desconocimiento general de su existencia y, sobre todo, por la falta de concienciación de la población de L'Hospitalet en la defensa de un patrimonio y una historia que, lejos de lo que pueda parecerle, nos pertenece a todos.

Feixa Llarga y Can Trabal, un patrimonio en peligro
Feixa Llarga y Can Trabal, un patrimonio en peligro

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