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Gato doméstico |
Cuando hablamos de
animales domésticos, si hay alguno que lleva el adjetivo de "doméstico" al extremo, ese es el
gato. Este animal, que mezcla a partes iguales la fiereza, el cariño, el estilo, el gregarismo (que le gusta estar en compañía, vamos) y la independencia, se ha visto desde antiguo como un perfecto
aliado para las plagas que habitan en el hogar -el espectáculo de verlos
cazar cucarachas, no desmerece en nada las cacerías de los leones en el
Serengueti. No obstante, esta visión positiva de nuestros pequeños felinos no siempre ha sido así y durante la Edad Media fue perseguido hasta
casi el exterminio. Exterminio gatuno que no tomó en cuenta un pequeño efecto secundario: la muerte de
25 millones de personas.
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Gato Montés (Felis silvestris silvestris) |
El
gato doméstico (
Felis silvestris catus) es bien conocido del ser humano desde antiguo, cuando estos pequeños felinos salvajes encontraron que las ratas, ratones y otras plagas que iban asociadas a las poblaciones humanas eran una
fuente perfecta de alimentos y decidieron dejar la vida salvaje progresivamente. Evidentemente, a los hombres también les iban
bien estos compañeros peludos, ya que les ayudaba a controlar los roedores que asolaban los graneros, iniciando una convivencia que dura, como mínimo desde hace
9.500 años. Sin embargo, toda la veneración y respeto para con los gatos de las sociedades humanas antiguas (caso de los egipcios), llegado el oscuro y supersticioso periodo de la
Edad Media, se fue directamente
al garete.
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Gato negro y brujería |
Durante la Edad Media, la
ignorancia y el
miedo religioso envolvió toda la vida social de Europa. Ello hizo que las autoridades eclesiásticas, imbuidas en un
fanatismo solo comparable a la de los
talibanes actuales, vieran en la brujería, el oscurantismo y el paganismo, un auténtico
peligro para el cristianismo. Amenaza que se extendía a
todo lo que se movía alrededor de las personas que osaban tener unas creencias diferentes de las oficiales, normalmente ligadas a ritos de culto a la naturaleza. Tal fue el caso de
los gatos.
Este odio promocionado por la Iglesia, hizo que los gatos, que hasta entonces habían sido vistos como beneficiosos para el ser humano, pasasen a ser personificaciones del diablo debido a que eran compañeros de las brujas y se entendía que todo lo que ellas tocaban estaba relacionado con él.
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Extensión de la epidemia de peste |
Así, de esta forma, a la vez que aparecían edictos papales
contra la brujería -Gregorio IX en 1232, por señalar alguno-, aumentaba la persecución de los felinos, convirtiéndose en unos perfectos
chivos expiatorios de todos los males que acuciaban a la sociedad cristiana medieval. Valga como ejemplo que, en
1344, se les acusó de provocar una
epidemia de baile (
ver 1518, cuando el baile se convirtió en una epidemia) en Metz (Francia), teniendo como resultado la eliminación de
todos y cada uno de los gatos que en ella habitaban.
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Ratas y pulgas |
Este
exterminio sistemático de miles de gatos europeos por simple superstición, no tuvo mayores consecuencias que la del aumento de las ratas y ratones en las
zonas urbanas. No obstante, nadie pensó que ello significaría una auténtica
hecatombe cuando, en
1347, los primeros apestados supervivientes del asedio de
Caffa (
ver Caffa, las catapultas que bombardearon la peste a Europa) pusieron el pie en el viejo continente y, con ellos, llegó la tan temida
peste bubónica. Enfermedad mortal, la cual era transmitida por las ratas que llegaban en las bodegas de sus barcos.
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Apestado comido por las ratas |
Así las cosas, las ratas, al
no disponer de los
enemigos naturales que habían acabado con ellas desde la antigüedad en los entornos humanos, se propagaron con total libertad por toda
Europa. Ello hizo que, gracias a las
pulgas que llevaban en sus pelajes, los roedores transmitieran impunemente la peste bubónica a una velocidad impresionante, produciendo nada más y nada menos que
25 millones de muertos. O dicho de otra manera, que la epidemia de peste, cual
jinete del Apocalipsis cabalgando al galope, en menos de cuatro años consiguió reducir la población europea
a la mitad.
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El gato es un cazador nato |
De esta forma, la
superstición disfrazada de fe religiosa, que había eliminado a los
gatos por creer que era Satán personificado, acabó por ser el elemento básico que abrió las puertas
de par en par a la muerte que viajaba libremente a lomos de las ratas.
Los
gatos, por su parte, a pesar de su casi
aniquilación, siguieron haciendo su trabajo allí donde los dejaron y no fue hasta la llegada de la
Edad Moderna y el progresivo desarrollo de las ciencias cuando estos tigres en miniatura volvieron a tener la confianza del gran público por su innegable utilidad para el ser humano. Una confianza que, habiendo sido transmitida por el conocimiento de miles de años, y perdida por simple y cazurra
ignorancia, habría evitado -o al menos, habría contenido- una de las peores mortandades que ha padecido la humanidad.
Para recapacitar.
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Una aniquilación con un desastroso efecto boomerang |
Webgrafía
Hace quinientos años estaba el gato entre las recetas de cocina de nobles i acomodados, como un manjar exquisito, como refiere el texto siguiente, extraído del “Libro de guisados manjares y potajes intitulado libro de cozina” i dice como introducción lo siguiente.
ResponderEliminar"en el qual esta el regimiento de las casas de los reyes y grandes señores: y los officiales de las casas dellos casa uno como an de servir su oficio. Con esta segunda impression se ha añadido un regimiento de las casas de los cavalleros y gentiles hombres y religiosos de dignidades y personas de medianos estados/ y otros que tienen familia y criados en sus casas..."
Transcripció:
El Gato assado como se quiere comer.
El gato que este gordo tomaras. y degollarlo as. y despues de muerto cortarle la cabeza. y echarla a mal porque no es para comer/ que se dize que comiendo de los sesos podria perder el seso y juyzio el que la comiesse. Despues dessollarlo muy limpiamente: y abrirlo: y limpiarlo bien: y despues embolverlo en un trapo de lino limpio. y soterrarlo debajo de tierra donde a de estar un dia y una noche: y despues sacarlo de alli y ponerlo a assar en un assador. y assarlo al fuego. y comenzandose a assar untarlo con buen ajo y azeyte. y en acabandolo de untar azotarlo bien con una verdasca: y esto se a de hacer hasta que este bien assado untandolo: y azotandolo. y des que este assado cortarlo como si fuesse conejo/ o cabrito: y ponerlo en un pato grande: y tomar del ajo/ t azeyte desatado con buen caldo de manera que sea bien ralo. y echalo sobre el gato. y puedes comer del/ porque es muy buena vianda.
Muy bueno POL! Ahora ya sabemos qué hacer si hacemos corto con el conejo para el arroz! Jajaja! :-)
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