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Crazy Horse Memorial |
El
Monte Rushmore es una de las atracciones turísticas más importantes de los Estados Unidos hoy día. Cada año, hasta tres millones de turistas se agolpan en las cercanías del monumento que, a imagen y semejanza de los
egipcios, se levantó desde 1927 a 1941 en un peñasco granítico de las
Black Hills de
Dakota del Sur representando a los cuatro presidentes más importantes de los EE.UU. El monumento en sí, es un prodigio de ingeniería, pero obvió un detalle: el peñasco en que se erigió, era una
montaña sagrada de los indios Lakota. El hecho de que una montaña sagrada para los indios fuera
destruida para acoger las imágenes de presidentes blancos, cuando aún escocían las heridas de las guerras indias de finales del XIX, como pueden comprender,
no hizo mucha gracia a los "pieles rojas", los cuales habían quedado reducidos a meros elementos folklóricamente descastados (
ver La trascendencia de un idioma despreciado). En 1939, uno de los escultores subordinados que trabajaban en el Monte Rushmore,
Korczak Ziółkowski, recibió una emotiva carta del jefe
Oso Erguido en que le gustaría recordar a los blancos que los indios
también tenían héroes. Era el inicio del
Crazy Horse Memorial.
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Ziółkowski y Oso Erguido |
Ziółkowski, se supone que tocado en su fibra sensible por la carta, consensuó con el jefe indio que haría una
macro-escultura como las del Monte Rushmore, pero esta vez dedicada a la memoria del conocido jefe indio Caballo Loco (
Tȟašúŋke Witkó en idioma lakota), ganador de la batalla de Little Big Horn y asesinado de un bayonetazo por un guardia cuatro meses después de haber sido preso por el ejército. El escultor polaco-americano buscó un espacio que fuera de fácil esculpido fuera de las Black Hills, pero los indios se negaron, ya que las Black Hills eran sagradas... y graníticas, para alegría de Ziółkowski, claro.
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El Monte Rushmore |
Tras buscar el sitio que agradase a la tribu nativa, Ziółkowski diseñó una escultura de
195 metros de largo por
172 de alto en que se representa al busto del jefe indio a caballo señalando el camino a seguir, que fue elegida y que sería el
homenaje a Caballo Loco de su gente, poniéndose manos a la obra en 1948. No obstante, si bien la comunidad india sufragaba los gastos de la obra, el desmonte a efectuar era tremendo y se echaba en falta el soporte financiero institucional que había tenido el "oficialista" Monte Rushmore, por lo que las obras avanzaban lentamente.
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Cara de Tȟašúŋke Witkó |
La verdad sea dicha, que el gobierno federal sí que quiso echar una mano a sufragar la escultura, ya que incluso por dos veces se pretendió pagar 10 millones de dólares de dinero público. Pero el mismo Ziółkowski los
rechazó por dos veces, ya que era algo más que hacer un rebaje en una montaña, y temía que el hecho de depender de los fondos gubernamentales fuera la antesala a la
paralización y abandono del proyecto. Obvia decir que el orgullo de la comunidad india a recibir una ayuda de la misma institución que casi los aniquila, tampoco era ajeno al problema.
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Proyecto sobre el monte |
Sea como fuere, los indios se montaron su propio
chiringuito en forma de centro de interpretación y visita, desde donde, con la venta de merchandising y entradas, financiar su particular escultura. El gran inconveniente es que los trabajos se eternizan, hasta el punto que en el 1982 Ziółkowski muere, prácticamente
sin ver acabada ninguna parte de la escultura. Esto que pudiera parecer, el fin del proyecto, no fue tal, ya que tres de los
diez hijos de Ziółkowski (por lo visto, el hombre tenia afición al "tema"), tomaron el caballo por las riendas y continuaron con las obras, que dieron como resultado la finalización del esculpido de la cara de Caballo Loco en
1998.
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Proyecto final del Crazy Horse Memorial |
Hoy en día, aún
continua la construcción, y parece que tiene para un rato, aunque por suerte no están solos. Para tirar adelante, reciben toda una serie de donaciones
millonarias de parte de filántropos que apoyan la causa india, así como donaciones en forma de
maquinaria de construcción que diversas empresas les han cedido gentilmente. No en vano, la idea de la comunidad india que lo gestiona es el hacer una auténtica
universidad para temas indios, y desde la cual educar especialmente a su propia gente.
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La montaña contiene el alma india |
El esculpido de la gigantesca silueta de Caballo Loco, continua adelante. El jefe indio jamás accedió a fotografiarse rebelándose orgulloso ante el hombre blanco que luchaba contra él y su tribu pero, aunque haya algunos "talibanes" indios que vean la escultura como un sacrilegio, desde su tumba Caballo Loco señala un futuro que hasta hace bien poco se le negaba a toda una cultura y una etnia simplemente por ser diferente.
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Modelo de la macroescultura a Caballo Loco |
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