Cuando los pedos se volvieron arte: Le Pétoman
![]() |
Joseph Pujol, Le Pétoman |
Los catalanes, de por sí, ya tenemos una cierta fama de escatológicos que venimos arrastrando desde la Edad Media (ver El Cagalell, una marisma a pie de Colón) y que parece que llevemos clavado en nuestra impronta genética por generaciones. Y Joseph Pujol no iba a ser una excepción.
![]() |
Puerto de Marsella |
Joseph Pujol (1857-1945) era un francés de Marsella hijo de una pareja de catalanes de Mataró (ver Mataró y el tren que utilizaba grasa de bebés secuestrados) que había emigrado hacia el conocido puerto mediterráneo galo a mediados del siglo XIX, y fue tomando unos baños en el mar durante su adolescencia, cuando vio que tenía un "don" ciertamente particular: Aquel día, al taparse la nariz para bucear, notó que una gran cantidad de agua fría le entraba por el culete, lo que le permitió descubrir que podía abrir y cerrar el esfínter a voluntad. El asunto le causó tanto miedo que, eso sí, fue al médico de inmediato por si acaso.
![]() |
Joseph Pujol |
En 1887, Joseph Pujol decidió hacer su propio número de "pedomanía" presentándose como "Le Pétomane" (el pedómano) y tanto éxito tuvo tirándose pedos imitando todo tipo de instrumentos que, en 1890, el propietario del Moulin Rouge de París -el catalán de Terrassa, Josep Oller- decidió incluirlo en su espectáculo. Obvia decir que, a base de las carcajadas que despertaba en el público, el pedómano causó sensación.
Le Pétomane alcanzó el estrellato artístico y todas las celebridades del momento se peleaban por ver el show pedorro del marsellés. Sigmund Freud, Eduardo VII de Inglaterra o el rey de Bélgica, Leopoldo II (ver El Congo, la inmensa y atroz propiedad privada del rey de Bélgica), estuvieron entre la selecta audiencia que pudieron ver a Joseph Pujol interpretando el "O sole mío" o "La Marsellesa" con un tubo de goma incrustado en el culo y conectado a una flauta, entre otras "exquisiteces" artísticas.
![]() |
Cartel anunciador |
No obstante, aquel pleito significó desligarse del Moulin Rouge y ponerse por su cuenta con el Teatro Pompadour con el cual empezó una gira por toda Francia e incluso yendo de gira por España y por el norte de África. Todo ello con gran éxito de público aunque, claro, no todo el mundo se tomara demasiado bien el hecho de ver su sacrosanto himno nacional interpretado a ritmo de cuesco.
![]() |
Un éxito absoluto |
Resulta cuando menos curioso el inusitado éxito que un "friki", que se dedicaba a tirarse ventosidades de forma armónica y disparatada, tuvo en la Europa de finales del siglo XIX y principios del XX. La risa pueril y la distracción transgresora eran síntomas de un cambio social muy profundo que se truncó, igual que el arte de Le Pétomane, tan pronto empezaron a caer las primeras bombas de la Gran Guerra. Un arte extravagante y escatológico que, guste o no, tuvo un éxito sin precedentes.
![]() |
Joseph Pujol, apagando velas a golpe de pedo |
Webgrafía
Hombre, se le nota mucho el plumero. En el post anterior los españoles, fundando ciudades y poniendo en explotación minas en la otra parte del mundo, que no eran capaces de terminar con pueblo boliviano porque no podían reproducirse, y eso que se "tiraban" hasta a las piedras, y aquí un catalán que se tiraba pedos como símbolo emprendedor capaz de hacer de su "problema" su fuente de ingresos.
ResponderEliminarAparte de todo eso, me encantan sus entradas. Saludos.