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El castillo de Montjuïc de Barcelona |
Con 177,72 m sobre el nivel del mar,
Montjuïc es, junto al Tibidabo, una de las montañas emblemáticas que enmarcan la ciudad de Barcelona. Sin embargo, la llamada “
Montaña mágica”, antiguo islote unido al continente en época lejana, destaca en el horizonte barcelonés por el perfil del
castillo que lo corona y que lo hace distinguible desde gran parte de la costa central catalana. Un castillo que, visto con
desconfianza histórica desde el llano por su papel
represor de la ciudad, en la actualidad es la guinda del pastel lúdico y cultural en que se ha convertido la montaña desde su papel protagonista en las ya míticas
Olimpiadas de Barcelona de 1992.
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El castillo de Montjuïc vigila la Ciudad Condal |
Accesible tanto andando, como por
bus (línea 150), teleférico, coche particular y, si el proyecto se lleva a cabo (que ya sabemos de qué va la cosa por estos lares), próximamente en
metro, la visita del castillo es un objetivo obligado para las hordas de
turistas que, móvil en ristre y cerveza en mano, apacentan indolentemente por las terrazas de las
Ramblas. Una visita imprescindible, aunque sólo sea para disfrutar de una de las vistas más privilegiadas de Barcelona y de esta parte del litoral, al encontrarse al borde del
acantilado que cae a pico hasta nivel de mar en la zona del
Morrot.
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Baterías de defensa costera de Montjuïc |
El
castillo de Montjuïc, al que se accede por un puente que salva un foso, está formado por un
fortín cuadrangular con un patio central porticado rodeado, a su vez, de una alta
muralla hecha con bloques de piedra bien escuadrada, que destaca por la forma estrellada de los distintos
baluartes que forman su perímetro. A esta defensa -que aún mantiene varios cañones de defensa
costera de
1925- se le añade otra muralla más baja y también abaluartada que la separa de la anterior por el profundo
foso que debemos atravesar para acceder. Una muralla exterior que, en la entrada del castillo, conserva también varios
cañones de 1892. Y es que, el castillo, que fue desde 1963 al 2009 un
museo militar, dispone dispersos por el recinto una muestra de armamento pesado -inutilizado, evidentemente- que pone de manifiesto parte de su historia.
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La Torre Farell (1563) |
El lugar donde se ubica el actual castillo de Montjuïc, dada su posición elevada y
estratégica (controla tanto el llano de Barcelona como el Delta del
Llobregat), ya disponía de una torre de vigilancia de época medieval documentada del año 1031 y, posiblemente, convertido en
faro con posterioridad al 1091. Esta torre fue sustituida en 1472 por una atalaya llamada
Torre Farell, que hacía de vigía de las amenazas marítimas y se comunicaba con la ciudad por señales visuales.
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Foso de entrada al castillo de Montjuïc |
En 1640, con motivo de la
Guerra dels Segadors, el Consell de Cent decidió fortificar el Farell por el peligro de un ataque marítimo de la flota de
Felipe IV, lo que hizo en sólo 30 días levantando un muro de tierra cubierto con piedra y
barro. Sin embargo, todo fue derribado en 1643, levantándose dos recintos cuadrados con
bastiones en 1651, sustituidos a su vez en 1694 por un castillo que incorporaba tres baluartes defensivos. Esta última fortificación, durante la
Guerra de Sucesión, se rindió a las tropas de Felipe V al día siguiente del 11 de septiembre de
1714 como consecuencia de la caída del asedio de Barcelona (
ver El Tratado de Utrecht o cuando la Historia pasó por Hospitalet).
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Puerta principal de la fortificación |
En 1751 se derriba el castillo existente y se encarga al ingeniero militar
Juan Martín Cermeño (constructor también del castillo de
Sant Ferran de Figueres y de la Barceloneta -
ver Quarts de Casa, los históricos cuchitriles de la Barceloneta) la tarea de edificar un nuevo castillo que asegurara, junto a la
Ciutadella, el control de Barcelona. Un castillo que, siguiendo los diseños del ingeniero francés
Vauban, será con pocas modificaciones el que nos ha llegado hasta nuestros días.
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Montaña y castillo de Montjuïc (Años 20) |
Durante el siglo XIX, el castillo de Montjuïc confirma su papel
represor. Primero en 1808 con su toma sin lucha por parte de los ejércitos napoleónicos y después, en 1842, cuando, como forma de sofocar una revuelta revolucionaria contra la regencia del
General Espartero, éste ordenó el
bombardeo indiscriminado de Barcelona desde Montjuïc. Un bombardeo que lanzó, durante 4 horas del 3 de diciembre, más de 1.000 obuses que causaron la destrucción de casi
500 edificios y la muerte de entre 20 y 30 personas. Finalmente, a finales de siglo, la fortificación se convirtió en
prisión, condición que no perdió hasta 1960, cuando el recinto fue cedido a la ciudad. Detrás suyo dejó un agrio recuerdo para los barceloneses por haber sido lugar de encarcelamiento masivo de obreros detenidos durante la
Semana Trágica (1909,
ver La trágica semana en que las momias bailaron con los obreros) o durante la huelga de
La Canadiense (1919,
ver La trascendente fealdad del Transformador de la Torrassa) y por ser lugar de fusilamiento del pedagogo
Francesc Ferrer i Guàrdia (1909) o del presidente de la Generalitat
Lluís Companys (1940).
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Interior del museo militar (2004) |
A pesar de la propiedad municipal, la presencia militar perdurará hasta 2010 a pesar de la conversión en Museo Militar entre 1963 y 2009, y no fue hasta 2011 cuando el castillo pasó totalmente a manos municipales. A partir de entonces, la fortaleza se convirtió en un recinto de uso público que acoge el Centro de Interpretación del Castillo de Montjuïc, exposiciones y diversas actividades culturales a lo largo del año, como forma de mantener la memoria de uno de los edificios más significativos de la historia de Barcelona.
El dato: El recinto completo del Castell de Montjuïc, incluido el glacis de las murallas exteriores, ocupa una superficie de más de 200.000 metros cuadrados.
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Planta general del castillo de Montjuïc (1960) |
Por si lo quieres visitar:
Dirección: Castillo de Montjuïc, Carretera de Montjuïc, 66, 08038 Barcelona (Barcelonès)
Teléfono: (+34) 932 564 440
Coordenades GPS: 41°21'49.8"N 2°10'01.7"E
Accés: Propietat pública visitable
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