Capítulo 20: El memento del 20 aniversario

"20 años, 20 historias"-Capítulo 20: El memento del 20 aniversario


El memento del 20 aniversario
El memento del 20 aniversario
20 años, 20 historias; 20 años y 1.500 artículos. Con este bagaje llegamos a la fecha exacta en que este blog cumple sus 20 años de vida y alcanza los 1.500 posts publicados. Una vida que unos dirán que es virtual, pero que yo, en tanto que su autor, puedo asegurar que de virtual, nada. Nada porque Memento Mori es mucho más que una simple página web en la que se explican historias de nuestro entorno; mucho más. Y es que las infinitas horas que he pasado escribiendo en él no son virtuales; han sido bien reales. Igual de reales que los innumerables teclados a los que he acabado por borrar las letras, igual de reales que las noches de insomnio que he llenado buscando información para un nuevo artículo, igual de reales que las miles de dolorosas migrañas que me han dado estrujándome las meninges delante de la pantalla. Os aseguro que todo ello no ha sido una vida virtual, sino una vida vivida profunda e intensamente.

Durante estos 20 años, Memento Mori ha pasado, sin solución de continuidad, de ser un mero diario personal donde expresaba mis cuitas, preocupaciones e indignaciones varias, a ser una auténtica enciclopedia que, a cuenta de curiosidades, ha intentado dar explicación al mundo que nos rodea. Un mundo interconectado hasta la náusea en el que, como la tupida red de una araña, todo está relacionado con todo; con todo. Un mundo que yo creía que conocía y que el blog me ha hecho conocer aún más intensamente, convirtiendo su día a día en un viaje iniciático de 20 años en el que, pensando que lo explicaba a los demás, he acabado por explicármelo a mí mismo.

Sea como sea, un viaje de estas características, por mucho que sea personal e intransferible, no se puede hacer estrictamente solo. Es por ello que en tanto que me enseñaron que ser agradecido es de bien nacidos, he de agradecer a todas aquellas personas y a todas aquellas circunstancias que, por una causa u otra, me han permitido llegar hasta aquí.
  • A mi familia, tanto a los que están como a los que ya han partido, porque siempre me han animado a seguir escribiendo y apoyado en los peores momentos de la vida.
  • A mis amigos, por no dejarme nunca solo pese a la distancia, demasiadas veces aplastante, de la soledad de mi escritorio.
  • A Sònia, porque con su apoyo y su cariño llena de luz mi alma cuando más oscura se encuentra.
  • A mis convecinos, tanto de L'Hospitalet como de Vilabella, porque, cada uno en la medida de sus posibilidades, sin ellos no habría sido posible cumplir este aniversario.
  • A las crisis cíclicas, que, como barrenderas de la sociedad, barren con todo lo que está establecido y te obligan a reinventarte una y otra vez.
  • A las editoriales y medios de comunicación para los que he trabajado, por haber creído en la calidad de lo que hago.
  • A Amadeu Alemany, por haber confiado en mí y convertirme, aún más si cabe, en un hombre curioso.
  • A todas aquellas personas que, en un momento u otro de estos últimos 20 años, me han dado su confianza y han valorado mi obra.
Así pues, queda claro que Memento Mori ha resultado una influencia positiva y edificante en mi humilde persona, pero no solo para mí, sino que, como me lo han expresado repetidamente en persona, en los comentarios o por redes sociales, este blog ha impactado de forma directa o indirecta en los lectores. Yo, enfrascado en mi visión bloguera cercana, no he sido muy consciente de la estela que durante estos años he ido dejando en mi rededor, pero mirándolo en perspectiva, no han sido pocos los testimonios de esta influencia positiva.  

Desde aquella gente que, gracias a los artículos del blog, han rememorado un pasado alejado, a la que he ayudado a dar a conocer un entorno desconocido para ellas, o que han utilizado el contenido de Memento Mori en sus clases, trabajos o informes (aún recuerdo un profesor sevillano que me pidió permiso para copiar los artículos para darlos de lectura a sus alumnos), esta bitácora digital ha llevado mi particular forma de explicar el mundo mucho más allá del kilómetro cero. Valga como ejemplo que el segundo país con más visitas al blog ha sido Estados Unidos (con 464.000 visitas) y el tercero, Alemania con 356.000. Mención aparte sería el asunto del Canal de la Infanta (al cual ya dediqué el capítulo 7), el cual, sin aquel artículo primigenio publicado en este blog, difícilmente se habría llegado a provocar el efecto mariposa que vino después. Y es que, como decía mi padre, algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Y llegamos al final de esta serie, aunque no quiero dejar de pensar que es, simplemente, el principio de la siguiente. Es el momento en que, echando la vista atrás, pienso que 20 años dan para mucho, por mucho que, desde el fondo y parafraseando a Gardel, 20 años no sean nada. Solo 20 años han pasado desde que abrí Memento Mori, 20 años en que las nieves del tiempo han plateado mi sien (en mi caso acompañadas de una pertinaz sequía), pero que si algo ha demostrado es que la vida es un tango... y hay que bailarlo. Una vida que tiene momentos "memento mori", pero también momentos "carpe diem", en la prueba irrefutable de que vivimos en un eterno ciclo y que nada es para siempre, ni lo bueno y, ni mucho menos, lo malo. Y Memento Mori va justo de eso, de ver de dónde venimos para intuir hacia dónde vamos, y para recordar a todos aquellos que hacen las cosas por egoísmo o por avaricia que, les guste o no, tienen los días contados. Un Memento Mori que hemos de tener presente que se nos llevará a todos pero que tampoco hemos de tomar demasiado en serio porque, al fin y al cabo, todo vuelve al principio: todo empieza y acaba en Memento Mori.

En otros 20 años volvemos para comprobarlo.

-FIN-


#MementoMori20

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