Capítulo 19: El futuro
"20 años, 20 historias"-Capítulo 19: El futuro
El futuro |
Más allá del "memento mori" que marca el punto final de nuestras fútiles vidas nos guste o no, y que tendría que modelar nuestra actitud -sobre todo las malas y egoístas- ante todo lo que nos rodea, el blog se enfrenta al futuro con la humildad que le ha caracterizado durante estos últimos 20 años. Es decir, esperando seguir siendo útil a su audiencia, dando a conocer las curiosidades y las historias de nuestro pequeño pero inmenso mundo a todo aquel que crea que es interesante conocerlas, ya que tan solo así continuará teniendo el plácet de sus visitantes. No pretendo ser referencia de nada, ni aspiro a ser ningún influencer con domicilio fiscal en Andorra, pero reconozco que llegar cada vez a más gente es un objetivo que, algoritmos mediante, mueve el día a día de Memento Mori. Que se consiga ya es harina de otro costal.
Sea como sea, la intención es la de seguir explorando las curiosidades históricas de kilómetro 0 ya que esa es la esencia última del blog, pero sin olvidar los temas más llamativos del saber universal que, más allá de ser simples anécdotas, explican y ponen en contexto un entorno que, pese a su proximidad -o tal vez por eso-, es un auténtico desconocido para propios y extraños. Y todo ello sin olvidar que, antes de nada, Memento Mori es un espacio de expresión personal. Una situación que convierte el blog en un embarullado encaje de bolillos que, en el fondo, es la simple manifestación de lo que bulle dentro de una mente curiosa, inquieta y migrañosa como la mía.
Por otro lado, en tanto que la audiencia es una parte básica de cualquier blog, el hecho de mejorar la interacción con la comunidad, ya sea promocionando su participación a través de los comentarios en las entradas como en las redes sociales, es poco menos que una obligación. Una interacción que se muestra vital y edificante en tanto que, muchas veces, proporcionan experiencias y puntos de vista diferentes a los tuyos que te ayudan a modular el conocimiento que tenemos sobre las cosas. Al fin y al cabo, la montaña de Montserrat, aún siendo la misma para todo el mundo, no se ve igual desde Manresa que desde Sant Boi o Collbató, por poner un ejemplo conocido.
Resulta importante destacar que, en un tiempo en que todo es breve e inmediato y que, por tanto, la cultura general se ha convertido en una cinta continua de simples titulares, Memento Mori pretende seguir desarrollando temas de forma relativamente amplia. Y digo "relativamente" porque lo que se consideraba un artículo o escrito breve (800-1.000 palabras) cuando abrí el blog, ahora ha pasado a ser un post más largo que un día sin pan. Y es que la sociedad se ha convertido en una auténtica yonki de una droga virtual que se nos vende como alimento, cuando en realidad es una dosis del más destructivo fentanilo. O dicho de otra forma, que en Memento Mori miraré de continuar cocinando los temas a fuego lento para que sean verdaderos alimentos para la mente y el alma. ¿Habrá montaditos y aperitivos? Claro que sí, como hasta ahora, pero lo que no estoy dispuesto a permitir es que mi blog se convierta en una ristra de títulos engañosos y vacíos en busca de un clickbait igualmente vacuo. Me niego a considerar a mis visitantes como incapacitados mentales. Más que nada porque, si han sido capaces de llegar hasta él, puede tener la completa seguridad de que no lo son.
Como ya he comentado más de una vez, mantener un blog en activo es una actividad eminentemente personal y solitaria, sobre todo cuando llevan tanto tiempo en funcionamiento. No obstante, esta lucha contra la ignorancia y la fruslería que inicié allá por el lejano año de 2005, no tendrá ningún atisbo de prosperar si se hace de forma aislada, ya que si algo ha enseñado la Historia es que la humanidad ha crecido y se ha desarrollado tan solo gracias a la cooperación y la alianza entre sus componentes. De esta forma, continuaré ofreciendo mi espacio a aquellos que, siendo compañeros de lucha (bloguera o no, en el fondo es lo mismo), se atrevan a explicar cosas con sentido en este yermo y solitario desierto que es la blogosfera. Una blogosfera que, en el fondo, no es ni tan yerma, ni tan desierta como parece, porque ni el más inclemente desierto lo es (ver La explosión de belleza de un desierto florido).
En definitiva, que en el futuro, Memento Mori pretende seguir siendo lo que ha sido hasta ahora, evolucionando y moviéndose en la misma dirección que lo haga mi ser. Estoy convencido que ello no me hará ni el más rico, ni el más popular pero, siguiendo el lema olímpico "citius, altius, fortius", sin duda hará nuestras almas más rápidas, más altas y más fuertes. Al fin y al cabo, la vida de mi blog acabará cuando yo acabe, pero su legado seguirá ahí, sobreviviéndome mientras haya alguien que me lea, en un eterno ciclo que nunca acabará porque, en realidad, el ciclo nunca comenzó.
Carpe Diem, Memento Mori. No hay más.
Continuará...
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