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La Riera dels Frares, la inadvertida riera saltarina de L'Hospitalet

Resalte de la Riera dels Frares
Resalte de la Riera dels Frares
El desarrollo de una ciudad densa como Hospitalet, que prácticamente ha ocupado todo su espacio geográfico con un urbanismo desquiciado (el menguado espacio que quiso dejarle Barcelona, todo sea el decirlo -ver La Zona Franca y la desconocida expropiación de 82 hectáreas hospitalenses en el Prat) ha implicado que, en unos pocos años, la ciudad actual haya borrado bajo el peso de calles, asfalto y cemento el relieve original que vieron nuestros ancestros durante siglos. Seguro que habrá pasado por la calle Enric Prat de la Riba y, a la altura del popular bar “Kfé Olé”, le habrá llamado la atención una prominente “joroba” que, como vayas en coche (y un poco rápido) hará saltar a los ocupantes en su asiento. Pues bien, este pequeño resalte que cruza la calle y, en unos 60 metros supera un desnivel de un metro de altura, son los restos de una riera cuyo relieve ha sido aniquilado casi en su totalidad: la Riera dels Frares. ¿Lo sabía?

Cauce del Torrent Capó o Riera dels Frares
Cauce del Torrent Capó o Riera dels Frares
“¡Corre! ¡Corre!” es lo que le decía a mi padre cuando estábamos a punto de pasar con el coche a mediados de los 70 por esta histórica “tachuela” de la ciudad. Y es que, al ser tan corto el cambio de rasante, cuando ibas un poco embalado se te ponía el estómago en las orejas. De vez en cuando -sobre todo por la noche, que no había tanto tráfico- aceleraba un poco para darme el gusto y hacerme reír, atrayendo poderosamente mi atención desde niño. Sin embargo, no fue hasta adulto que caí en la cuenta que ese montículo escondía en su interior el cauce de una riera convertida en cloaca, testimonio de un relieve hidrográfico que, arrancando desde Esplugues y yendo a morir a Bellvitge, prácticamente ha desaparecido.

El kiosco ocupa la losa de la Riera dels Frares
El kiosco ocupa la losa de la Riera dels Frares
Si es amante de los detalles, no habrá pasado por alto el hecho de que, justo en la “cima” del montículo, el autobús para delante mismo de un kiosco ubicado en un espacio entre edificios. Pues bien, la situación de este kiosco no es casual, ya que aprovecha el cauce entubado de la cloaca de la Riera dels Frares (de los Frailes) que, entre paredes medianeras, se prolonga hacia mar hasta las puertas de Bellvitge y, hacia la montaña, hasta la avenida Josep Tarradellas. Y es, a partir de cruzar esta importante avenida (antes llamada Alpes) que, si remontamos su cauce, la riera se dirige por debajo de la calle -tras pasar primero por el añejo puente bajo la vía del tren- hasta la entrada del cementerio de Hospitalet; razón por la cual, también se conoce como Riera del Cementiri. Es justamente tras pasar el puente de la vía que entramos en el Samontà (ver El metro, un pozo escondido y el río subterráneo de la estación de L'Hospitalet-Av.Carrilet) a través de un amplio valle que, con el fondo ocupado por el parque de Les Planes, está enmarcado por la subida a La Florida por la derecha, por la subida a Can Serra por la izquierda y por la subida a Pubilla Cases al fondo. Si nunca había caído en la cuenta, no se apure; la transformación del espacio ha sido tan bestial en el último siglo que solo haciendo un estudio comparativo entre las diferentes fotos aéreas existentes es posible percatarse. No obstante, es desde este punto cuando, reconocer el antiguo cauce de la riera se vuelve un auténtico acto de fe.

Cementerio y trayecto de la riera (1987)
Cementerio y trayecto de la riera (1987)
Así las cosas, en tanto que salimos del parque de Les Planes por la parte de abajo de la comisaría de los Mossos y los bomberos, el fondo de la Riera dels Frares remontaba por detrás del Polideportivo Municipal de Les Planes cruzando hasta la actual Avenida Severo Ochoa. Trayecto actualmente imposible, dado que la construcción de los edificios de delante del polideportivo, de la Avenida Isabel la Católica y del paso subterráneo bajo la plaza Eivissa han dejado el valle original reducido a un mero recuerdo. Pese a ello, el fondo del cauce reseguía bastante fielmente la actual Avenida Severo Ochoa que, al llegar al límite de Esplugues, curiosamente recibe el nombre de “Avenida del Torrente”. Nombre que recuerda su origen, y que conduce hasta lo que fue su nacimiento primigenio, ubicado bajo lo que es hoy el Centro Comercial Finestrelles (ver Finestrelles, las 53 hectáreas de Hospitalet cercenadas por un conde).

Pont del Capó
Pont del Capó
Esta pequeña cuenca hidrográfica de L'Hospitalet, de 0,835 km2 de superficie y con 1,8 km de longitud hasta su contacto con el delta en Prat de la Riba, era conocida en el tramo desde su inicio hasta el cementerio como el torrente del Capó (del capón), si bien a partir del camposanto hospitalense la riera cambiaba de nombre al más conocido actualmente de riera del Cementiri o dels Frares. No obstante, estas últimas denominaciones del Torrent Capó son relativamente nuevas, ya que no será hasta el 1852 cuando se inaugure el cementerio, razón por la cual el puente del tren, construido hacia el 1850 se conocía como “Pont del Capó”. Un nombre tradicional que, como el resto de la riera y su memoria, ha ido perdiéndose poco a poco.

Trayecto del sistema de la Riera dels Frares
Trayecto del sistema de la Riera dels Frares
Con todo, la riera dels Frares, al llegar a la actual Avenida del Carrilet, se adentraba en la llanura agrícola donde, tras hacer un pronunciado zig-zag al final de la calle que hoy lleva su nombre, continuaba un larguísimo trayecto por los exuberantes campos de La Marina donde, renombrada como Pluvial de la Fabregada e incorporando otros pluviales y acequias del Canal de la Infanta (ver El Canal de la Infanta o la trascendencia histórica de un patrimonio olvidado), circulaba al aire libre hasta la antigua barriada de Can Pi. Barrio ubicado al otro lado de la Gran Vía -hoy desaparecido- que bordeaba para encarar recto en dirección a la costa y, tomando el nombre de Pluvial de la Farola, verter sus aguas sobre el Pluvial Gran a escasos metros al norte del añorado (y reclamado) Faro del Llobregat. Punto a partir del cual sus aguas transcurrian paralelas a la costa, siendo abocadas al Mediterráneo justo en la desembocadura del río.

Hoy, de toda aquella antigua cuenca y su relación natural con el delta, no queda prácticamente nada. A partir de mitad del siglo XX, la ocupación masiva del territorio hospitalense hizo que la urbanización desbocada arrasara cualquier atisbo del relieve de la riera dels Frares. El antiguo cauce, entubado, desviado, suprimido o modificado a partir de aquel momento, ha sobrevivido en su circuito original en muy pocos sitios. Y uno de ellos es ese prominente bache que nos hace saltar cuando vamos rápidos por Prat de la Riba. Un bache que, aunque no sepamos lo que hay debajo, nos habla de un mundo, de una realidad natural, que se niega a desaparecer bajo el peso del negro asfalto de la ciudad de L'Hospitalet.

La Riera dels Frares, cubierta y convertida en calle
La Riera dels Frares, cubierta y convertida en calle

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