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| Castillo de Hostalric |
A medio camino entre Girona y Barcelona, Hostalric destaca por su
pitón volcánico coronado con un gris castillo del siglo XVIII y por el pueblo amurallado que desciende a lo largo de una colada volcánica entre la vía del tren y el curso del
Tordera. Fue justamente esta ubicación estratégica en el camino real entre las dos capitales la que convirtió a
Hostalric en un punto caliente desde la Edad Media y la que justificó la fortificación, a cal y canto, del pueblo y de la valiosa colina desde la que se divisa buena parte del Vallès, la Selva y la inmensa mole montañosa del
Montseny.
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| Muralla de Hostalric y torre del Ararà |
Accesible por la carretera C-35 o saliendo por la salida 10 de la autopista AP-7, Hostalric mantiene 600 metros de
muralla perimetral todo lo largo de la carretera que, antes de la construcción de la variante, seguía el pueblo por su parte norte. Una muralla que, recuperada progresivamente desde el año 1967, destaca por haber sido construida con negros sillares basálticos (
ver La calzada que vio correr a dos gigantes) provenientes de la misma montaña, por tener una base inclinada, una altura media de unos 10 metros y por estar rematada por un camino de ronda defendido con toda una serie de almenas que conectan 6 de las 8 torres. Y digo seis, porque dos, la impresionante
Torre dels Frares (Torre de los Frailes) con 33 metros de altura y la del Convent -las más cercanas al puente del río- se encontraban extramuros.
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| Plano de Hostalric (1694) |
El pueblo, que mantiene dos entradas en el recinto amurallado (el portal de Barcelona y el de las Horas) de los cinco que llegó a tener, se dispone a lo largo de la cresta de la montaña. Una cresta que, reseguida por el trazado de la actual calle Mayor, lleva desde la
Plaça dels Bous (Plaza de los Bueyes, en castellano) hasta el recinto del castillo de Edad Moderna, saliendo del pueblo por el Portal de Barcelona.
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| Joris Prosper Verboom |
El castillo, fortificación abaluartada de perfil bajo, rodeada de un foso y con murallas en disposición de estrella por el lado oeste (la menos empinada), ocupa la cima de 162 metros de altura de un antiguo volcán y es atribuido al ingeniero militar
Próspero de Verboom (
ver La Torre del Rellotge de Barcelona, donde paralelos y meridianos se dan la mano), quien la habría construido en 1716. A pesar de ser la estructura que nos ha llegado hasta la actualidad, la historia de Hostalric y su fortaleza comienza mucho tiempo antes.
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| Hostalric y su castillo ocupan una colada volcánica |
El origen del nombre de Hostalric se relaciona con un hostal, documentado desde el siglo XI, que se encontraba en este punto del camino. Este
hostal fue el punto a partir del cual se desarrolló el pueblo, que en 1106 ya sale documentado. Sin embargo, en 1145 se menciona el
castro Ostalricho como posesión del vizconde de Cabrera y que sería la primera mención del castillo de la población.
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| Puerta de Barcelona de Hostalric |
La importancia estratégica de Hostalric hizo que en 1242 el rey
Jaime I el Conquistador (
ver La vergonzosa odisea de las dos cabezas del rey Jaime I el Conquistador) le diera derecho de mercado y, a la vez,
Guerau de Cabrera ordenara levantar su primera muralla. Sin embargo, el crecimiento de la villa y los conflictos que sufre durante la Edad Media hacen que en 1392, por orden del rey
Joan I, las murallas sean reconstruidas, correspondiendo a esta época buena parte de las estructuras (lienzos y torres) que podemos contemplar a día de hoy.
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| Baluartes del castillo de Hostalric |
En 1462 el pueblo participa en las
Guerras Remensas, que obliga a un refuerzo de las murallas. Así como en prácticamente todas las contiendas bélicas posteriores, sobre todo la
Guerra de los Nueve Años, que hace que en dos años, el castillo medieval sea derribado por las tropas francesas del duque de Noailles (1695), levantado de nuevo en 1696 y vuelto a destruir en 1697 por el príncipe
Georg von Hessen-Darmstadt (
ver Catalan Bay o los catalanes que tomaron Gibraltar). Durante la Guerra de Sucesión fue un bastión austracista hasta 1713 cuando fue tomado por el ejército de Felipe V y, como antes comentado, en 1716 el castillo se construye de nuevo. Sin embargo, el papel más ingrato lo tuvo en la
Guerra de la Independencia.
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| Vista aérea de la fortaleza |
En 1808, a pesar de encontrarse a 40 km, Hostalric tuvo un protagonismo activo en la defensa de
Girona, ya que ayudó al avituallamiento de la ciudad durante su asedio, lo que hizo que en 1809 los franceses, con un ejército de 4.000 hombres, tomaran el pueblo y lo incendiaran. La huida de sus habitantes, algunos de los cuales pudieron llegar al castillo, hizo que las tropas galas pusieran cerco a la fortaleza el 13 de enero de 1810. Asedio que, pese a las más de
4.000 bombas lanzadas por los franceses, duró hasta el 12 de mayo cuando, debido a la falta de agua, las fuerzas resistentes del
Coronel Estrada abandonaran la fortaleza aprovechando un momento de descuido de los acosadores. La fortaleza quedó bajo control francés hasta 1814 siendo, junto al castillo de
Figueres, el último bastión abandonado por las tropas napoleónicas en nuestro país.
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| Mantuvo una guarnición hasta 1929 |
A partir de ese momento, el castillo quedó olvidado, si bien con una
guarnición militar hasta bien entrado el siglo XX cuando fue abandonado por el ejército por el mal estado de las instalaciones. Sin embargo, durante la
Guerra Civil sirvió como almacén de combustible y munición para las tropas republicanas y, al finalizar la guerra, fue vendida al municipio por 18.500 pesetas (111,19 euros) en 1949.
En la actualidad, la villa amurallada y la fortaleza, que fueron declaradas Bien Cultural de Interés Nacional en 1963, son un fuerte reclamo turístico para la comarca y un punto de visita obligada para los amantes de los castillos y el patrimonio histórico de nuestro país.
- La misteriosa cueva del Relliguer
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| Entrada a la cueva del Relliguer |
Al final de la calle de
Relliguer, en el espacio entre la villa amurallada y el castillo de Hostalric, encontramos una verja que cierra el paso a una intrigante cueva hecha por la mano del hombre que, en realidad, nadie sabe por quién, ni por qué fue construida. Excavada directamente en los materiales volcánicos de la colina, la cueva tiene 26 metros de longitud y, en zigzag, un estrecho pasillo donde apenas pasa una persona y que conduce a dos cámaras circulares, una a medio camino y la otra al final, a 6 metros de profundidad respecto al nivel de la calle. La leyenda cuenta que este espacio fue excavado por la
comunidad judía de Hostalric alrededor de 1331, como lugar seguro donde realizar sus reuniones, si bien no hay ningún documento histórico, ni elemento que lo confirme. Visitable, pero de acceso restringido, se puede pedir la llave en la oficina de turismo de la villa.
El dato: El 6 de noviembre de 1701, Hostalric fue el lugar donde los embajadores del Consejo de Ciento barcelonés, el conde de Savallà y Josep Amat de Planella, presentaron sus respetos al nuevo rey Felipe V y a su mujer, la reina María Luisa de Saboya. Consorte a la que personalmente habían dado la bienvenida y habían felicitado por su boda con Felipe V, tres días antes en la iglesia parroquial de Figueres.
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| Interior del castillo de Hostalric |
Por si lo quieres visitar:
Dirección: Oficina de Turismo de Hostalric, Camí dels Ollers, 1, 17450 Hostalric (La Selva)
Teléfono: (+34) 972 874 165
Acceso: Propiedad pública visitable
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| La emblemática fortaleza del castillo de Hostalric |
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