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Bushmills |
A casi 5 kms del pueblo de
Bushmills, en plena costa norte de la Isla de Irlanda, existe una zona que llama la atención por la forma de su costa. En ella, las rocas que llegan hasta el mar no son rocas normales y corrientes, sino que se trata de una serie de
columnas hexagonales, las cuales en algunas zonas recrean lo que pudiera parecer una auténtica zona pavimentada. Este "
pavimento" se introduce hacia el mar, donde acaba por hundirse y desaparecer bajo su superficie, pero... ¿cual es el origen de esta formación? Los lugareños tienen su
peculiar forma de explicarla.
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"Baldosas" hexagonales |
Tal como explicábamos antes, un gigante irlandés (
ver El gaélico irlandés o cuando ser Idioma de Estado no evita el declive) llamado
Finn Mac Cumhaill (conocido también como McCool en la versión inglesa) se llevaba muy mal con otro gigante, pero éste de la orilla escocesa, llamado
Benandonner. Tan "bien" se llevaban que se pasaban el día tirándose piedras el uno al otro, salvando los 40 kms de separación que hay entre ambas costas en este punto del mapa. Tantas llegaron a tirar que se formó una auténtica
calzada que fue aprovechada por
Finn para cruzar el brazo de mar en busca de brega con el gigante escocés.
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La bota del gigante |
Cuando
Finn llegó a la costa escocesa, vio que el gigante
Benandonner era grandísimo y se "acongojó", por lo que salió corriendo hacia Irlanda al ver que el escocés salió detrás de él. Cuando Finn llegó a su casa, su mujer,
Úna, tuvo la idea de vestirlo como si fuera un
bebé. La leyenda no explica la guisa que debería tener Finn Mac Cumhaill, pero cuando Benandonner vio a Úna con un bebé
tan grande entre sus brazos se "acongojó" más aún de lo que lo estaba Finn, ya que si el hijo era así de grande...
¡cómo debía ser el padre! El gigante escocés puso los pies en polvorosa hacia su casa y rompió la calzada a su paso para que el irlandés no pudiera darle alcance, haciéndola desaparecer en medio del mar y quedando tan solo los restos de
Bushmills y, en el lado escocés, los de la Isla de
Staffa, creando el mito de
la Calzada de los Gigantes. No obstante, los científicos tienen otra teoría un poco menos romántica.
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Patrimonio de la Humanidad |
Según los
geólogos, la Calzada de los Gigantes está formada por una serie de columnas basálticas con hábito
prismático (hexagonal) procedente de una colada volcánica que tuvo lugar a principios de la
era Terciaria, hace entre 50 y 60 millones de años. La lava en circulación por la superficie de la tierra -posteriormente inundada por el mar-, al enfriarse rápidamente y con poca presión, produciría la
cristalización del material de las capas más profundas del río de lava, tomando la forma de
columnas de negro basalto hexagonal, que se separan levemente entre ellas debido a la compactación del material volcánico al enfriarse. Un ejemplo de estas formaciones volcánicas las podemos ver también en
Catalunya en el acantilado que sostiene el pueblo gerundense de
Castellfollit de la Roca (
ver Las radiactivas fresqueras de Olot).
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Grabado francés de 1768 |
La erosión de la dura roca basáltica durante los millones de años posteriores, habrían enrasado la superficie de la estructura columnar, dando el paisaje tan peculiar que le ha dado renombre y que llevó a la UNESCO a reconocer la Calzada de los Gigantes como un espectáculo natural digno de admirar y de ser conservado para las generaciones futuras.
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Más de 40.000 columnas forman la Calzada de los Gigantes |
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