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¿Conoces mi último libro?

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Pobles Medievals de Catalunya (2024)

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Capítulo 7: El asunto del canal

Poderosos, democracia y perros.

¿Usted realmente cree que la policía o cualquier otro cuerpo de seguridad público tienen la obligación de protegerle? Pues si tenía esta percepción, viendo la desaforada actuación de la policía municipal y nacional en El barrio del Cabañal (Valencia) ya tendrá suficiente opinión para dudarlo profundamente.

Las policías -cualquiera y de cualquier sitio- son simplemente órganos paramilitares al servicio del poder establecido, los perros fieles dispuestos a todo simplemente porque su jefe de turno se lo pida. Si el político en el poder considera que Vd, por el mero hecho de existir, tiene que recibir palos hasta mear sangre, ahí tendrá un aguerrido armario ropero de 3 lunas armado hasta los dientes para recordarle quien manda. Sin problemas.

La legalidad, la razón o los derechos no sirven para nada ante una orden de carga policial. Sea usted blanco, negro o del color que quiera, pacífico, violento o un santo con su aura y todo, si está en medio del punto de mira policial propiciado por quien manda en el momento, le tocará el recibir. Sin dudarlo.

En El Cabañal, Madame Lampadaire -Doña Farola- (como llaman los franceses a Rita Barberá, la alcaldesa de Valencia) es la que manda. Punto. Ni los jueces, que han ordenado parar el derribo del barrio por considerarlo patrimonio artístico, ni las quejas de los afectados son suficiente freno para seguir con sus propósitos. Mientras tenga a su disposición una jauría de dobermans y rotweilers con casco, escudo y porra cobrando del erario público dispuestos a llegar allí donde les diga su ama, no habrá nadie que le lleve la contraria.

Prepotencia en estado puro al servicio del poder. No existe Democracia ni Justicia delante de una porra desenvainada, una bola de goma o un bote de humo lacrimógeno. Si se encuentra en esta tesitura, corra, ya que nada ni nadie le defenderá. Nadie.

Sólo los poderosos están en el bando de los policías.

La democracia se hunde bajo el peso de una bota reluciente.

Comentarios

  1. Anónimo1:58 a. m.

    Que terrible Ireneu, no reconozco Espana...

    Un abrazo.

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  2. Hace tiempo que muchos "inadaptados sociales" (entre otros bonitos calificativos) avisávamos de esto mismo: España NO es en absoluto una democracia.

    Ahora ya es de dominio público.

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  3. En la democracia el uso de la fuerza bruta se delega en la policía y en el ejército, son los que tienen el derecho a su uso legítimo (Durkheim, si no me falla la memoria).
    Ok, lo que no es legítimo es lo desproporcionado, esas hostias a gente sentada e indefensa.
    Lo que tampoco entiendo es como el Delegado del Gobierno le autorizó al Ayuntamiento la autorización de la Policía Armada siendo un órgano del PSOE, a no ser que también tenga intereses (partidistas o del tipo que sean). Si realmente quisiera evitar esa situación, porque el derribo es ilegal, yo, de ser ese señor, le diría, "Rita, búscate la vida con los munipas, guapa".
    Y sí, todo es una gran mierda.
    Dan ganas de escapar, lo malo es a dónde.

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  4. Perdón, "*cÓmo el Delegado..."

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