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Trirreme griego |
Cuando estamos en cualquier puerto (de mar, me refiero), no podemos dejar de maravillarnos por el ciclópeo tamaño de los grandes cruceros y buques que allí podemos encontrar. Maravillas de la técnica de la actualidad que convierte en auténticos
cascarones de nuez a cualquier barquito de madera de la antigüedad (
ver El Vasa, la belleza chapucera de un galeón venido del pasado)... aunque tampoco se lo crea demasiado. Hubo un barco egipcio que, según las crónicas, podría competir perfectamente con cualquier ferry actual de la Trasmediterránea: el
Tessarakonteres, el barco de los cuatro mil remeros.
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Ptolomeo IV Filopator |
Quien sea lector habitual de
Memento Mori, conocerá la historia de los grandes barcos que Calígula mandó construir en el
lago Nemi (
ver Calígula y los desaparecidos barcos gigantes del Lago Nemi), unos barcos de tamaño colosal que con sus 73 metros de eslora dejaban a la carabela
Santa María reducida a la categoría de colchoneta de playa. Pues bien, durante el siglo III a.C., el faraón egipcio de la dinastía helenística (de cultura griega, vamos) de los Ptolomeos,
Ptolomeo IV Filopator, decidió mandar construir una
galera de nada más y nada menos que 128 metros de largo y 17,5 m de ancho. Medidas que la han llevado a ser considerada por el Libro Guinnes de los Récords como el barco de tracción humana
más grande de la Historia.
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Como los actuales, pero más grande |
El
Tessarakonteres (que en griego significaría algo así como "de 40 remos") se conoce sobre todo por las crónicas que han llegado hasta nosotros de
Calixeno de Rodas, Ateneo y Plutarco (
ver Un secuestro, unos piratas y el infinito chulerío de Julio César), en que se hace referencia a un inmenso barco construido por
Ptolomeo IV y cuyas medidas llamaron la atención de todo el mundo.
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Vista cenital |
Sea como sea y aunque no ha quedado ni registro arqueológico ni gráfico del mismo, los especialistas consideran que el
Tessarakonteres era, en realidad, un
catamarán formado por dos galeras trirremes unidas por una plataforma que, a modo de cubierta de portaaviones, sería capaz de transportar casi
3.000 soldados -de hecho en su botadura, Ateneo dice que fueron 2.850. Todo ello sin contar los
400 marineros que la comandaban con sus cuatro remos timoneles de 45 metros de largo, ni los
4.000 galeotes que, con toda la ilusión del mundo -eran prisioneros-, se dedicaban a dar tracción a semejante mamotreto con sus remos de entre 13 y 18 metros de largo.
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Vista frontal. Los números indican los remeros |
Las crónicas cuentan que el
Tessarakonteres tenía 28 metros de alto desde el nivel del agua a la cubierta en la zona de popa, que estaba profusamente adornado con figuras y
Plutarco comenta, además, que al ser tan grande era muy difícil de maniobrar, por lo que el barco era más de exhibición que de un uso efectivo... y poco más se conoce de él. De hecho, incluso se desconoce porqué se le llama "
de 40 remos", por lo que los estudiosos han hecho diversas especulaciones al respecto.
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Corte de un "12" y un "16" |
La opción que más visos de verosimilitud tiene es que, al estar formado por
dos cascos unidos, estos fueran de 20 remeros cada uno. Este numero "20", por su parte, definiría la cantidad de remeros que se necesitan para accionar un par de filas de remos. O dicho de una forma más gráfica: si una barca tiene dos remos y cada uno es movido por un remero, sería un "
uno"; si se mueve cada uno por 4, sería un "4" y así sucesivamente hasta 8, que es el máximo eficaz de boga. En el caso del "20" se piensa que, al ser un trirreme, los tres remos de cada lado se consideran uno, por lo que la suma de los galeotes que moverían esos tres remos serían
20. Una curiosa forma de definir el "
cubicaje" de las galeras movidas a base de
potaje de garbanzos.
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Remeros griegos |
El
Tessarakonteres fue el barco más grande de la antigüedad del que se tiene noticia y del que se ha podido conocer fehacientemente sus medidas, sin embargo, fue una más de las excentricidades del faraón
Ptolomeo IV. Éste, reinó entre el 221 a.C. y el 204 a.C. más pendiente de sus
orgías (religiosas, eso sí), sus artes -escribió una tragedia- y de eliminar a su competencia (nada más entrar se "pulió" a su madre, a su tío y a su hermano menor) que de la política estatal de
Egipto, la cual quedó a manos de sus más
incompetentes ministros y casi envía al país de los faraones al garete. Tal vez, por eso, cuando murió, el gobierno ocultó su muerte
durante casi un año, cuando ya tenían todo atado y bien atado.
En definitiva, un barco superlativo -aún comparándolo con los de hoy en día-, pero totalmente infrautilizado, para recordar un mandatario que no vale la pena recordar demasiado.
¿Porqué me recordará tanto al Aeropuerto de Castellón?
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El Tessarakonteres, el barco a remos más grande de la Historia |
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