Ir al contenido principal

¿Conoces mi último libro?

¿Conoces mi último libro?
Edificis Catalans amb Història (2023)

Última entrada publicada:

Casa Espanya, la joya renacentista del corazón de L'Hospitalet

El bacalao y la estúpida historia de su sobrepesca

Penca de bacalao tradicional
Penca de bacalao tradicional
Hay pocos pescados que tengan tantas recetas en su haber como el bacalao. Doquiera miremos de la geografía española, ya sea de costa o de interior, allí encontraremos recetas de lo más variopinto tales como el bacalao al pil-pil, bacalao con garbanzos, con arroz, en esqueixada, a la cazuela, a la vizcaína... que llevan este ingrediente como elemento principal. El bacalao, habitualmente conservado en salazón, ha sido durante muchos siglos un plato típico de las mesas más humildes, al cual se le llegó a llamar "el pescado de los pobres". Sin embargo, ¿qué es lo que ha pasado para que este alimento, muy asequible en otras épocas, se haya convertido de un tiempo a esta parte en un prohibitivo producto de lujo para la mesa, con unos precios que compiten con los de las glamurosas ostras? La codiciosa estupidez del hombre vuelve a estar por medio. ¡Qué casualidad!

El bacalao, una especie en extinción
El bacalao, una especie en extinción
El bacalao (Gadus morhua) es un pez depredador que habita los fondos entre 100 y 300 metros de las frías aguas del Golfo de Vizcaya, el Mar del Norte (ver Doggerland, la Atlántida del Mar del Norte) y Terranova, pudiendo llegar a los dos metros y casi los 100 kilos de peso, aunque en la actualidad te puedes dar con un canto en los dientes si llegan a los 4 kilos y los 60 cms de largo. Su carne es especialmente interesante por su cantidad de proteínas y grasas Omega-3 (ingrediente principal del aceite de hígado de bacalao), lo cual lo hace un alimento especialmente nutritivo, pescado intensamente desde la Edad Media por los pueblos costeros de Europa. El descubrimiento de América y de los tremendos caladeros de Terranova dieron el impulso a su pesca comercial, ya que se cuenta que había tal cantidad de bacalaos que se podían pescar simplemente lanzando una cesta al agua. Los bancos de estos preciados peces eran, en la práctica, inagotables y los conflictos por los intereses comerciales de los países implicados, igualmente inacabables.

Pesca masiva y fácil
Pesca masiva y fácil
La pesca era muy lucrativa y si bien las capturas eran muy altas, el hecho de efectuarse con técnicas tradicionales y no excesivamente dañinas para el medio ambiente (ver Capelines o la pesca más fácil) permitía que las extracciones se regeneraran rápidamente, gracias en parte también a la elevada tasa de fertilidad de la especie. Sin embargo, las primeras señales de agotamiento se dieron a finales del siglo XIX, con una bajada de las capturas que hizo inquietar a los políticos canadienses. A principios del siglo XX, con el desarrollo de las artes de arrastre y los avances en la introducción del diésel en los barcos de pesca, las capturas siguieron en aumento gracias también a la alta demanda de una población mundial igualmente en aumento. 

Los arrastreros marcaron la caída
Los arrastreros marcaron la caída
A pesar que las capturas llegaban a las 300.000 toneladas anuales, la situación no sufrió demasiados cambios hasta finales de los años 50 del siglo XX, cuando la introducción de los grandes buques-factorías, equipados con sonar y equipos de refrigeración industrial, destrozó el mercado igual que sus redes de arrastre destrozaban los fondos marinos. Las capturas se dispararon y se llegaron en 1968 a las 800.000 toneladas. Nunca jamás se había llegado a tal producción y nunca jamás se volvería a conseguir, ya que las capturas cayeron en picado: se había superado la tasa de regeneración y la población de bacalao entró en colapso.

Sobrepesca codiciosa
Sobrepesca codiciosa
Hasta tal punto cayeron las capturas que en 1977, los países instauraron la exclusión de las 200 millas alrededor de sus países para proteger sus caladeros y permitir la regeneración de la especie, pero lo que se consiguió fue aumentar la presión de los caladeros, ya que aumentaron las flotas propias que pescaban en ellos. El desastre fue total, ya que las técnicas de arrastre acababan con los bacalaos y, lo que fue peor, con las especies que eran los alimentos de los bacalaos, los cuales se desechaban cuando llegaban a bordo de los pesqueros. Los ejemplares que sobrevivían no tenían alimento, documentándose casos de canibalismo entre los bacalaos debido a la falta de alimento en la zona. En 1992, a pesar de los intereses de las pesqueras se produjo una moratoria total que dejó a más de 40.000 personas de la costa de Terranova en paro. El descalabro económico y social de las zonas bacaladeras, no hace falta decir que fue espectacular.

Gráfico del colapso de capturas
Gráfico del colapso de capturas
Quince años después, en 2007, el bacalao se pudo volver a pescar en sus caladeros tradicionales, pero se pescaron tan solo 2.700 toneladas. La destrucción de todo el hábitat marino implicado en su ciclo biológico, produjo el hundimiento total de las poblaciones de bacalao, esquilmándolas hasta el punto de no retorno inutilizando su pesca comercial durante décadas, por no decir siglos: sus poblaciones actuales no llegan en la actualidad a ser el 1% de lo que fueron en el 1977 y hasta ha sido catalogada como especie amenazada de extinción.

Suma y sigue. Donde el hombre pone el punto de mira, como un Atila cualquiera, allí no vuelve a crecer nada. ¿Cuando parará esta espiral de destrucción? Esperemos que pronto, porque nosotros estamos en medio de esa corriente sin freno y más pronto que tarde, acabará por afectarnos (ver El inquietante caso de los renos de Saint Matthew).

¿Bacalao al pil-pil? No. Atilas al pil-pil
Art. Rev. 22/5/12 8:44 224v

Comentarios

Sonia ha dicho que…
El hombre es como una plaga. Alli por donde pasa, lo notan. Cuando cambiaremos?
Unknown ha dicho que…
ireneu eres un maquina
xatevexo ha dicho que…
Excelente! En Coruña tuvimos la dudosa honra de cobijar una superfactoría de almacenaje de esta especie propiedad de PEBSA, otro bussines mas de la familia Barrié y primer grupo bacaladero de Europa en los 70, la nave tenia unos 17.000 m2 en tres plantas y 7.000m2 en cámaras de frío, que podían acoger casi 14.000 toneladas de pescado.Con unos doce barcos en marcha, los caladeros de Terranova fueron su mina de oro, pero al final llegó la escasez, la ampliación de aguas territoriales y la quiebra y 200 familias sin curro. La explotación desmadrada de los recursos lleva a que el mar y la tierra puedan pasar a ser un infierno inhabitable. El atún es otra especie que estuvo en un tris de desaparecer, por suerte se tomaron medidas sobre todo con el furtivismo en aguas del Mediterraneo lo que al parecer estabilizó el ciclo vital de la especie si bien ecologistas y empresas discrepan de las cifras ideales de pesca sostenible.Lo de siempre.

Archivo de Memento Mori

Mostrar más

Más en Memento Mori!

Te recomiendo...