¿Conoces mi último libro?

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#01 "20 años, 20 historias": El inicio

#01- El inicio
El inicio
Tal y como anuncié en el "Anuncio Oficial" de los actos de conmemoración de los 20 años de este blog, una de las actividades especiales será una especie de "memorias" -ponedle todas las comillas que queráis- en que, en 20 artículos, intentaré explicar la historia de estos primeros (porque espero que sean muchos más) 20 años de andadura bloguera de Memento Mori. Esta serie, en un "alarde" de imaginación, la llamaré "20 años, 20 historias" y en ella intentaré explicaros cada semana con mi particular estilo un poco lo que ha pasado entre bambalinas tras de esta bitácora virtual. Hoy, que faltan exactamente 20 semanas para llegar al gran día, abro esta serie de historias "mementeras" como no podía ser de otra forma: con el inicio. Espero que os guste ya que, al menos, con esta intención se ha hecho (si me tiráis tomates, también se agradecerán que, a casi dos euros el kilo los más baratos, no está la cosa como para rechazarlos, tu...).

En fin... comencemos...

Capítulo 1: El inicio


Cuando abrí este blog allá por el año 2005, hacía pocos días que a mi padre le habían extirpado la laringe debido a un cáncer con el que luchaba desde hacía 10 años y que en los últimos momentos amenazaba con asfixiarlo. La dureza de ver padecer gratuitamente a un ser querido y la situación familiar con la que nos encontramos, me hizo reflexionar profundamente sobre lo divino y lo humano, sobre lo trascendente y lo intranscendente, sobre la vida y la muerte... Si a ese sufrimiento personal llevado en silencio, le sumamos que por aquellos días la máquina mediática del PP más catalanófobo tenía puesta a todo tren la máquina de hacer "fake news" relativas a Catalunya y los catalanes -con toda la sarta de mentiras que vertían y que me indignaban en grado sumo- y añadimos mi, de natural, personalidad tímida, el desquiciamiento a la que había llegado mi mente era simplemente inaguantable. Una situación a la que daba salida escribiendo cuentos cortos surrealistas a las tantas de la mañana y que enviaba a mis amigos aún más tarde todavía. Dormir, dormía poco y mal; las migrañas, para mi desgracia, se repetían mucho y bien (para ellas, claro).

Alcanzado este punto de no retorno, que te hacía dar vueltas a la perola mucho más de las que era mentalmente sano en aquel momento, decidí plantearme el abrir un blog desde el cual dar rienda suelta, cual espita de olla exprés, a lo que bullía en mi migrañosa cabeza. En aquel momento, las redes sociales se limitaban a los grupos de correo electrónico, las páginas webs y poco más, por lo que, cuando se popularizaron los blogs, y como moda que lleva el diablo, la gente se unió en masa. Yo, que siempre he sido antimodas y el hecho de que la gente se apunte a ellas me ha repelido casi por sistema, me miraba esta nueva tendencia desde la barrera. No eran pocos los que me incitaban a abrirme uno, sobre todo mis amigos del FBI (el Fòrum Blanquiblau de Internet, que soy del RCD Espanyol, no sea mal pensado), que se apuntaban al carro y me incitaban a hacerlo también con la burda excusa de que era divertido... hasta que fruto de mi propia -mal contenida- desesperación, decidí que... ¿por qué no? Al fin y al cabo, a mí siempre me había gustado escribir y el cuerpo me pedía marcha...¿qué podía salir mal? Y Blogger fue mi tabla de salvación en aquellos días. No obstante...¿qué nombre ponerle? 

Cuando me puse en la tarea de dar de alta el nuevo blog, uno de los campos a rellenar era el nombre que tendría. Sin embargo, mis circunstancias mentales -más negras que las uñas de un mecánico en aquel momento- me llevaban a que tuviera bien claro, y desde el primer momento, el nombre que le iba a poner: Memento Mori! (¡Recuerda que vas a morir!). Y con signo de exclamación, que para algo era una frase exhortativa. Una frase que, por aquellos días, tenía más presente que mi propia existencia.

El origen de cómo llegó esta frase a mi atribulada cabeza se ha de considerar, como mínimo, de curiosa y la constancia más fehaciente de que, quien quiere aprender algo, lo aprende hasta de las cosas más triviales, en este caso una simple (y mala a matar) película de humor española del año 1982: "Cristóbal Colón, de oficio descubridor". No se si es motivo de orgullo o de vergüenza ajena, pero les aseguro que aquí me topé por primera vez con este adagio latino. Bueno, para ser sinceros, que era latino lo supe después.

En un momento dado de esta españolada de calidad más que dudosa, Andrés Pajares, que hacía el papel de Cristóbal Colón, se dirige al Monasterio de La Rábida y pica en una gran puerta de madera. De repente, se abre un portón más pequeño y sale el actor Alfonso del Real que, vestido de monje franciscano, de buenas a primeras le suelta un "Recuerda que vas a morir, hermano". Pajares, escuchando semejante recibimiento, salta histriónicamente cruzando los dedos y tocando la puerta, mirando de conjurar el mal fario del saludo del monje. La carcajada está asegurada y yo comienzo a investigar de dónde sale ese "recuerda que vas a morir". 

Después de mucho buscar (recordar que a principios de los 80, lo máximo que tenía a mi alcance eran las enciclopedias de las bibliotecas) me topo con que la frase es la traducción al castellano de la frase latina "Memento Mori". Frase que era parte del refrán "Carpe diem, memento mori" (Disfruta del día, recuerda que vas a morir) cuya primera parte es harto conocida de todo el mundo pero que la segunda, por alguna extraña cuestión, había desaparecido del imaginario popular. Una curiosidad cultural que, años después, me habría de inspirar para componer el texto con que Blogger me obligaba a acompañar el título de mi blog. Un texto al que, no se por qué, no he tenido huevos de cambiarle ni una sola coma desde ese 18 de febrero de 2005 cuando lo escribí:

"Todo el mundo conoce el dicho latino de "Carpe Diem", pero casi nadie lo que le sigue: Memento Mori (recuerda que vas a morir). ¿Un olvido colectivo? ¿O el ciego que no quiere ver? Muchas cosas hay en esta vida dignas de olvidar y muchas otras dignas de que se sepan. Sea lo que sea, no te lo tomes muy en serio: Memento Mori!"

El blog ya estaba creado pero, dado que soy bilingüe,... ¿escribiría en castellano o en catalán? Otra vez lo tenía bien claro, pero este punto, con vuestro permiso, lo dejaré para la semana que viene...

Continuará...


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