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El puente internacional de El Marco |
La extensa frontera terrestre de fácil acceso que mantiene
España con
Portugal ha hecho que las historias curiosas al abrigo de lo que se conoce popularmente como "
raya" se prodiguen en gran número. Algunas de estas curiosidades he tenido oportunidad de tratarlas en este blog, tales como el
Couto Mixto (
ver El Couto Mixto, la olvidada Andorra entre España y Portugal) o la duplicidad
Rihonor/Rio de Onor (
ver Un pueblo, una frontera, dos países), pero aún hay muchas historias que trataré en próximos artículos y que, por su particularidad, seguro llamará la atención de los lectores. Y un ejemplo de esto es la existencia en la provincia de
Badajoz del puente internacional más corto del mundo: el puente de
El Marco.
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3,20 m de frontera (Portugal al fondo) |
La Codosera, municipio fronterizo pacense de poco más de 2.000 habitantes, conoce desde hace siglos lo que es vivir cerca de lo que se ha dado a llamar como frontera más antigua de Europa. Sin embargo, dentro de su término municipal hay una
pequeña aldea que sabe, aún mejor, qué es vivir encima de una frontera. Y nunca mejor dicho porque, en este punto, la aldea de
El Marco está dividida a lado y lado de La Raya por el curso del río
Abrilongo. Lo curioso del caso es que este río tiene menos de 2 m. de ancho y, para atravesarlo, se hizo una pasarela de madera que, tiempo y remodelaciones a cargo del ayuntamiento portugués a venir, ha acabado por convertirse en el puente internacional
más corto del mundo, con tan solo
3,20 m de largo y 1,45 de ancho.
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Ubicación de La Codosera |
El nombre de
El Marco (Marco a secas en la parte lusa) proviene de los hitos fronterizos (marcos, en portugués) que se instalaron en la zona a partir del
Tratado de Lisboa de 1864, con el cual se fijaron definitivamente los límites entre España y Portugal. Frontera que marcó para siempre la vida social de la pequeña aldea de El Marco.
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Hito 713B al pie del puente |
Efectivamente,
El Marco, a pesar de ser un pequeño caserío de tan solo 50 habitantes en la actualidad, y de no tener ninguna carretera que atraviese la frontera por la aldea, llegó a tener en sus mejores tiempos hasta
250 habitantes, como fruto del intenso tráfico de mercancías que había de una parte a otra de
La Raya. Tal comercio se reflejó en que un villorrio tan pequeño llegó a tener hasta
10 tiendas repartidas por las dos orillas, dedicadas a vender artículos de todo tipo para satisfacer las necesidades tanto portuguesas como españolas. ¿El idioma? Nunca ha sido ningún problema: la mayoría son bilingües pero, llegado el caso, se habla en "portuñol". Y es que tal como pasa en el caso de
Rihonor, los contactos familiares y culturales a uno y otro lado de la frontera son extensos e intensos.
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El Marco, parte española |
El
contrabando de café, tabaco, corcho y todo tipo de productos fue el motor económico de la comarca desde siempre, debido a la miseria que tradicionalmente ha asolado tanto la parte lusa como española y que hacía que la agricultura, meramente de subsistencia en la zona, necesitase de los magros complementos pecuniarios que el trapicheo de acarrear fardos en plena noche podía aportar. Incluso la
Guardia Civil, dado los escuetos sueldos cobrados, hacían la vista gorda con los estraperlistas por una suculenta "
colaboración", cuando no hacían desaparecer algunos de los fardos requisados para venderlos a su vez. Sin embargo, todo esto acabó por irse al garete.
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El Marco visto desde O Marco |
En
1993, la entrada en vigor de la libre circulación de personas y mercancías hizo que el negocio que tenía lugar en
El Marco dejara de tener sentido, por lo que el movimiento económico de la aldea cayó en picado. Picado que ya se convirtió en
picado en barrena con la entrada de la moneda única en 2002, que hizo que los habitantes de la zona se volvieran a centrar en la agricultura -sobre todo de olivo- como medio de subsistencia habitual.
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En 2008, la pasarela se remodeló |
Con todo, El Marco, aún mantiene dos tiendas en zona portuguesa y una en zona española como efecto del turismo que aún atrae, en gran parte proporcionado por la existencia de tan particular Puente Internacional. Puente cuya longitud es, ni más ni menos, que el fiel reflejo de lo que significa la frontera para los vecinos de ambas orillas del Abrilongo:
nada.
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España a la izquierda, Portugal a la derecha. El Abrilongo, en medio |
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