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Hombre encima del Muro de Berlín |
Si algo he descrito en este blog con cierta profusión y asiduidad son lo que llamo las
"caras B" de la
Historia, las realidades paralelas que a menudo resultan
determinantes pero a las que, casualmente, no se les da la importancia que debería porque dan una visión diferente de la realidad que se ha vendido. Entre esas realidades, una buena parte de ellas se ven influenciadas por un componente muy alto de
casualidades o de
meteduras de pata, o como en el caso de la caída del
Muro de Berlín, de una combinación de ambas. ¡Ah! ¿Que no lo sabía? Pues, si... una tremenda cagada de un dirigente de la Alemania del Este terminó con el derribo a
martillazos del conocido como "
Telón de Acero". Curioso, pero cierto.
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Frontera entre Berlín Este y Oeste antes del muro |
La historia del muro de Berlín es, por definición, la historia de la
Guerra Fría. Una historia en la que, desde final de la Segunda Guerra Mundial y hasta 1990, la
Unión Soviética (y sus acólitos) se enfrentaron a los
Estados Unidos (y sus acólitos) por ver quién tenía los huevos más gordos (
ver La Bomba del Zar, la bomba nuclear que asesinó a la Tierra)... y como los tenían más o menos
iguales, se prolongaron en el tiempo haciendo todo tipo de
tonterías para demostrar que ellos los tenían más gordos. Una carrera de
imbecilidades, que por poco no envía el planeta a la órbita de Plutón (
ver Petrov, el héroe que salvó el mundo).
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División de Alemania |
En este sentido, la división en dos de
Alemania, con una parte gestionada por los
Aliados (la República Federal Alemana, RFA) y por otra, la gestionada por la Unión Soviética (la República Democrática Alemana, RDA), hizo que
Berlín, la capital, al estar dividida en 4 sectores y estar en medio de la RDA, fuera un continuo foco de tensión entre EE.UU y la URSS. Más que nada porque, en ser una zona urbana de
difícil control fronterizo, el trasvase de gente y de información entre la parte soviética (Berlín Este,
socialista y más pobre) y la Oeste (gestionada al estilo
capitalista) convertía la ciudad en un verdadero boquete en la línea de flotación del socialismo soviético. Situación que provocó que el 13 de agosto de 1961, las autoridades soviéticas empezaran a levantar una separación
física que aislara el Berlín gestionado por las potencias occidentales, del Berlín soviético y el resto de la RDA. Es decir, 155 km de "
simpático" muro de Berlín.
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El soldado Conrad Schumann huyendo a Berlín Oeste |
El tiempo pasó y el muro se convirtió para unos en
símbolo de la opresión y la
tiranía soviética y para los otros, el símbolo de resistencia al imperialismo y al avance del
capitalismo. Sea como sea, el muro pasó a ser una barrera infranqueable que las tropas alemano-soviéticas defendían a muerte de los que pretendían huir al sector occidental, contándose entre 300 y 400 las bajas de fugitivos (considerados auténticos
traidores) producidas por las
balas rusas. Sin embargo, la disparatada carrera armamentística contra EE.UU. y la rígida e ineficaz planificación de los países socialistas, llevó a la
bancarrota a las economías del bloque soviético (
ver Rumanía o cuando la austeridad extrema destruyó un país) a mediados de los 80, provocando que se alborotara el gallinero del Este y empezaran a surgir fuertes movimientos de
protesta en todos los países socialistas. Las tímidas políticas aperturistas de
Mijaíl Gorbachov en la URSS a partir de 1985 (la "glasnost" y la "
perestroika"), en vez de abrir la válvula de escape a la presión interna, lo único que hizo fue aumentarla, convirtiendo los países del Este en
ingobernables ollas a presión.
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Erich Honecker |
En esta situación, en que el
bloque soviético se venía abajo por momentos, los países intentaron salvar los trastos como pudieron. Hungría y Checoslovaquia, abrieron sus fronteras con la occidental Austria como forma de abrir una puerta que les permitiera respirar un poco tanto a nivel político como
económico. Por su parte, en la Alemania del Este, la población pedía que se abriera la frontera a través del Muro de Berlín y permitiese, como antes de su construcción, que la gente del Este, se pudiera buscar la vida en el Berlín Oeste. No obstante, el presidente de la Alemania Oriental, septuagenario de avanzada década,
Erich Honecker, recalcitrante comunista como él solo, se negó a abrir la más mínima fisura, provocando el repunte de las protestas de la población alemana y una
riada de gente que, a través de Checoslovaquia y Hungría, buscaban una salida hacia occidente.
Ante tal perspectiva, y las quejas de checos y húngaros por los miles de personas desplazadas, Erich Honecker, enfermo de cáncer de hígado, se vio obligado a dimitir el 18 de octubre de 1989, entrando en su lugar Egon Krenz.
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Infranqueable Muro de Berlín |
Krenz, con sus 52 años, era un "jovenzuelo" en comparación con los
gerontócratas comunistas que se mantenían en el poder desde final de la
Segunda Guerra Mundial y, aunque tenía ciertas tendencias aperturistas, el
caos producido por la dimisión de Honecker y la inestabilidad social interna, convirtió la RDA en un verdadero
avispero político. Intentar controlar aquella olla a presión era prioritario, por lo que permitir el paso de gente y mercancías de forma
controlada y progresiva se vio como la mejor forma de conseguir que la situación no acabara explotando de forma
violenta. Sin embargo todo se iba a ir al traste por una torpeza.
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Günter Schabowski |
Por la tarde-noche del 9 de noviembre de 1989, se convocó una
rueda de prensa en que el gobierno comunista de la RDA daría la noticia de que las fronteras se abrirían de forma
gradual permitiendo que la gente pudiera acceder libremente y sin restricciones a la Alemania Occidental. La gran expectación provocada hizo que todos los medios, tanto de la
República Federal Alemana como de la Democrática lo transmitieran
en directo y que una gran cantidad de periodistas se personaran en el lugar de la rueda de prensa. Así las cosas, a las 18 horas, el portavoz del gobierno y presidente del Partido Comunista en Berlín Este,
Günter Schabowski, procedió a dar la noticia. No obstante, Schabowski no había estado implicado en el desarrollo de las nuevas medidas fronterizas por lo que no conocía los detalles hablados y, entre eso, el
caos interno del gobierno, y la redacción ambigua de la nota de prensa, cuando un periodista italiano le preguntó que cuándo entrarían en vigor esas medidas, el hombre, sin encomendarse a ningún santo dijo... "eeeh... hasta donde yo se...
inmediatamente". Y la lió parda.
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Estudiantes sobre el muro |
En ese preciso momento, saltó la
noticia a todo el mundo y los alemanes orientales, ante el anuncio de una
inminente apertura de los pasos fronterizos, se agolparon en los seis pasos habilitados en el Muro. Los soldados fronterizos, ante la
masa apelotonada en los "
checkpoint" que insistía que el gobierno había dicho que el paso era
libre y con efectos inmediatos, y la falta de información de sus mandos, lejos de reprimir a la población por las armas, procedió a la
apertura sin restricciones del muro de Berlín a partir de las 23 h.
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Rompiendo el Muro a mazazos |
El rumor de la apertura definitiva de la frontera hizo que miles de personas de uno y otro sector pasaran al otro lado del muro durante la noche del 9 al 10 de noviembre, desatándose una
alegría incontenible entre los berlineses que llevó a que la gente, empoderada, se subiera al muro y que empezara a derribarlo con lo que buenamente podía. Picos, martillos, palancas, cuerdas...
todo servía para tirar al suelo aquel infame muro de cemento armado de 3,60 m de altura que dividía la ciudad y que tantas muertes había provocado. Un muro con el cual no solo caía una división interna de Berlín, sino la razón misma de ser del
bloque comunista, y marcando el fin de la Guerra Fría.
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Muro al asalto |
Alemania acabó
reuniéndose y la Unión Soviética desapareciendo, y aunque era cuestión de tiempo que la rígida estructura socialista de los países del Este acabara
colapsando, nunca sabremos que es lo que realmente hubiera pasado si aquel portavoz hubiera contestado las preguntas de los periodistas en los términos que pretendía el gobierno de la RDA. ¿
Se hubiera eternizado el conflicto? ¿Se hubiera reunificado Alemania? ¿Se habría convertido en un nuevo país germánico independiente como si fuera Austria? ¿Se habría extinguido la
URSS? Sea lo que sea, a partir de aquel momento, el mundo
cambió de marcha, dejando atrás una historia de armamento, aislamiento y represión que nunca tendría que haberse producido.
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Libertad a través del muro |
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