Considerado el edificio más antiguo de L'Hospitalet al estar documentado desde el siglo XI, la ermita románica de
), uno de los estandartes patrimoniales más conocidos y valorados de la ciudad. A pesar de ello, esta pequeña ermita pasa totalmente
a los ojos de la población hospitalense, al encontrarse en la parte de atrás de la inmensa
de la iglesia parroquial homónima. Iglesia que, construida en estilo
a mediados del siglo XX y con sus dos altísimos campanarios, se lleva todas las miradas de propios y extraños -siempre y cuando no esté encendida la
). No obstante, esto no tendría la más mínima importancia (el incremento de la población justificaría una iglesia más grande) si no fuera porque, para construirla, no tuvieron otra genial idea que
el ábside de casi 1.000 años de la ermita para encastrar el ábside de la iglesia moderna. ¡Con un par!
? Realmente no se sabe, ya que no ha quedado constancia documental de cuales fueron las motivaciones que llevaron a semejante
, pero ya fuera deliberado, por inconsciencia o por un fallo épico de diseño, la cuestión es que el
desapareció. Y no es que fuera por falta de tiempo, porque el proyecto de construcción de la nueva iglesia, ya empezó a gestarse mucho tiempo antes.
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Ermita de Santa Eulàlia de Provençana (1930)
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A principios del siglo XIX, la ermita de Provençana las había visto de todos los colores. El hecho de haber quedado aislada en medio de los campos, había hecho que perdiera su antigua advocación en beneficio de la iglesia del barrio del
Centro, hasta el punto de llegar a servir como almacén e incluso de gallinero. Sin embargo, durante el siglo XIX, se formó un pequeño núcleo de población en las cercanías que llevó a su restauración como templo y su conversión en
parroquia. El continuo crecimiento poblacional por las oleadas de inmigrantes que llegaban al barrio de
Santa Eulalia por la industria y la agricultura (
ver El curioso origen de la estructura de calles de Santa Eulàlia de Provençana), acabó dejando el pequeño templo románico como insuficiente, así que en el cambio de siglo, el
arzobispado de Barcelona se decidió a construir en las cercanías un nuevo templo más grande y práctico.
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Diseño de Rubió i Bellver
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Así las cosas, en los primeros años del siglo XX (no hay una fecha concreta) el arquitecto
Joan Rubió i Bellver diseñó una nueva iglesia para ser construida en terrenos adyacentes a la antigua ermita. Una iglesia de estilo bastante
estrambótico que reflejaba las influencias de ser discípulo de
Antoni Gaudí y de las tendencias de arquitectos holandeses. Sea como sea, el 23 de noviembre del 1923 se hizo una solemne ceremonia de colocación de la primera piedra del nuevo templo, si bien la
falta de financiación y diversos retrasos hicieron que la cosa no progresara demasiado. De hecho, en 1925 se empezaron a construir los cimientos... y ahí que quedaron. La convulsa vida política del momento hizo que, a pesar de que el obispado recomendó la continuación de las obras en 1929 y en 1931, las obras quedaran inconclusas, no siendo hasta el final de la
Guerra Civil que se plantearon la reanudación de los trabajos.
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Iglesia en construcción (1954)
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La guerra, no obstante, había pasado factura al antiguo templo, al haber sido
saqueado y la rectoría
incendiada (con todos sus archivos centenarios) en 1936, lo que llevó a una restauración de urgencia de la ermita y a la construcción en 1940 de lo que, posteriormente, sería el campanario derecho. En 1952, el nuevo rector
mosén Ramon Bertran, reanuda los trabajos del nuevo templo, solo que se olvida del diseño primigenio y encarga uno nuevo a
Manuel Puig i Janer, que en aquel momento era el arquitecto municipal de L'Hospitalet.
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Ábside original sacrificado (1931)
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En ese nuevo diseño, la
iglesia de Provenzana pasaba a ser un templo de nave única y dos campanarios construido en un estilo neorrománico muy del gusto del
franquismo de la época y Puig i Janer, para levantarlo, aprovecha los cimientos y algunos muros que habían sido construidos 30 años antes. De esta forma, a partir de 1954, se meterá caña a la construcción de la nueva iglesia, pero se conoce que no calcularon bien las medidas y, dada la falta de espacio, no se dudará en “
rebanar” un par de metros de la parte de atrás de la ermita románica para
encajar una de las capillas laterales del nuevo templo. Zarrapastrada que significó la
eliminación de una gran parte del antiguo ábside, dando preferencia a una estructura secundaria del
románico de mentirijillas respecto una estructura principal del románico de mil años de antigüedad. Increíble, pero cierto.
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El alcalde Solanich y Mn Jubany en la inauguración
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Sea como sea, no se les cayeron los anillos y, tras unos tres años de trabajos intensos, la nueva iglesia fue inaugurada y
consagrada el domingo 10 de febrero de 1957 por el obispo auxiliar de la diócesis de Barcelona, monseñor
Narcís Jubany i Arnau, el alcalde
Ramon Solanich Riera y toda la curia franquista del momento. A partir de ese momento, el nuevo edificio -a pesar de que los campanarios no se acabaron hasta 1961-, pasó a ser el templo principal de la parroquia, relegando a la ancestral -y
capada- ermita románica al papel secundario de bonito telón de fondo de fotos para la
BBC (entiéndase “bodas, bautizos y comuniones”).
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Iglesia nueva de Sta. Eulalia de Provençana
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En conclusión, que en Hospitalet, se han hecho muy grandes y
muy gordas con nuestro
Patrimonio cultural, histórico y arquitectónico. Podríamos pensar que son cosas de otras épocas pero, como podemos comprobar día si y día también, este
poco respeto por nuestro legado histórico (
ver El silo ibérico de La Torrassa, el ignorado socavón de 2500 años de historia) continúa bien vivo por parte de unas instituciones que, lejos de asegurar su supervivencia, no hacen más que
ponerlo en peligro continuamente. Solo cabe esperar que la creciente concienciación de la población hospitalense por la defensa de sus raíces, evite la mortal
hemorragia que nuestra historia hace ya demasiado tiempo que padece.
Ayer fue un ábside milenario...¿qué será lo siguiente?
Genial el artículo, muy bien documentado y es verdad que es una pena que cortaran el ábside de la iglesia románica. Espero que no se vuelva a repetir. Artículos como éste nos devuelve la historia pérdida. Gracias
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