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¿Conoces mi último libro?

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Pobles Medievals de Catalunya (2024)

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Capítulo 7: El asunto del canal

... y 1000

...y mil
...y mil
Poco me imaginaba en febrero de 2005 que aquel blog personal que abría por simple divertimento llegaría, a día de hoy, casi 10 años después de su inauguración, a tener publicados de mi dedo y tecla -lo del puño y letra ha pasado a la historia- nada más y nada menos que 1000 artículos. Ahora que lo veo en perspectiva, no puedo evitar un cierto sentimiento de vértigo al ver hasta donde he sido capaz de llevar esta bitácora virtual, a base de expresar casi diariamente lo que corría por mis neuronas. No obstante, lo que me produce más estremecimiento es ver la bestia en que se ha convertido y ver cómo, este monstruo, ha conseguido apresar entre sus garras la vida y el destino de este humilde ajuntaletras.

Así como mi peculiar nombre me define como persona, Memento Mori ha definido este blog desde el primer momento en que lo cree. Un nombre inquietante -significa recuerda que morirás- pero lleno de fuerza que expresa que detrás de toda realidad, existe otra realidad oculta que muchas veces desconocemos, pero que merece la pena ser mostrada y tenida en cuenta. Porque, al fin y al cabo, la moneda siempre tiene dos caras.

Mucho he cambiado desde aquel 2005 y mucho ha cambiado el blog desde entonces, pero, curiosamente, si ha habido algo que no he podido cambiar, ni mejorar de ninguna forma, a parte del nombre ha sido la entradilla de cabecera del blog. Una entradilla escrita el primer día y que por mucho que he intentado sacar punta o mejorar ha sido imposible. El blog es aquella cabecera, posiblemente porque aquel blog sea, ni más ni menos, que yo mismo.

En un primer momento el blog fue una vía de escape a todo lo que de malo te envía la sociedad en su día a día. Una realidad dura de la que, por mucho que lo intentes, y más en una sociedad tan intercomunicada como la de hoy en día, no te puedes escapar de ninguna de las maneras. Es por ello que, aprovechando mi facilidad de escribir, empecé a dar mi opinión y a dar rienda suelta a mis sentimientos -y conocimientos- más profundos, creándome enemistades, pero por suerte, muchísimas amistades. Sin embargo todo tiene un límite.

Hacia el 2009, mi necesidad de explicar las cosas tal y como las veía había llegado al hastío. La crisis, la situación social y política del momento habían saturado mis neuronas y me aburría profunda y soberanamente, por lo que o escribía de forma agria como la situación o directamente no escribía. Hasta que alguien -que ya sabe ella quien es- me dijo que me centrara en los aspectos positivos de mi blog y enseñara al mundo lo mucho que sabía de los "desconchones" de la historia, de la naturaleza, de la sociedad y de todo lo que nos rodea. Y lo hice.

Empecé a centrarme en explicar cosas interesantes, ocultas, desconocidas, que al primero que despertaban la curiosidad era a mí mismo, pero que, a la vez, gustaba a quien me leía. Ello me llevó a publicar en 2010 mi primer libro "Relatos para una Mente Abierta", en que recopilaba toda una serie de relatos cortos que había ido publicando. Aunque lo mejor, estaba por llegar.

En 2011, a raíz de la publicación de un artículo en que denunciaba el olvido del Canal de la Infanta, la fama del blog, creció conforme que la defensa de los últimos trozos del canal  me ponían delante de las cámaras y los micrófonos y se conseguía, finalmente, salvarlos.  Pero la crisis seguía galopante y se me llevó por delante.

2012 significó el descalabro más absoluto. Después de 25 años dejándome la piel por el negocio familiar, me vi forzado a cerrar, y lo que pensaba que sería un paso breve por el ostracismo del desempleo se alargó en una travesía del desierto donde los miles de currículums enviados no servían absolutamente de nada. El golpe a mi autoestima fue brutal... hasta que una amiga me puso en contacto con una asesora laboral la cual, tras conocer mi caso, me guió para poder salir del denso fango de la desesperación.

Tras varios meses en que, a pesar de hacer todo lo imaginable, no funcionó nada, me hizo ver que la única salida posible era mi blog. Y así, mi viejo y querido Memento Mori se había convertido en mi tabla de salvación.

Empecé a escribir cada día artículos cada vez más interesantes, perfeccionando tanto el estilo como la temática, y empezó a tener cada vez más y más visitas. Ello despertó el interés de la editorial Ven y te lo cuento, que me propuso editar un libro recopilatorio de los artículos que iba publicando día tras día, incansablemente. Y fue en el transcurso de la preparación del libro que el salto cualitativo fue espeluznante.

En abril de 2014 con poco más de 9 años de vida, se llegaban a los 200.000 visitantes, cifra nada menospreciable para un blog de sus características. Sin embargo, desde entonces las estadísticas se han disparado y, a fecha de hoy, ya hemos superado las 712.000 visitas, con puntas en algunos días de más de 20.000 visitas y sostenidas durante las últimas semanas de 1000 visitas diarias. Lo nunca visto.

De esta forma hemos llegado al día de hoy donde, coincidiendo con la presentación de "La Cara B de la Historia", me propuse publicar el post número 1000 y lo conseguí. He conseguido lo impensable, lo que jamás ni llegué a pensar que conseguiría, el resultado de lo cual los tenéis aquí delante: a mi libro y a mi blog. O lo que es lo mismo, simplemente, a mí mismo.

Es por ello que quiero hacer una serie de agradecimientos:

  • A los "blesas", "bárcenas" y corruptos varios que han llevado a España a la quiebra, porque sin ellos yo no hubiera podido encontrar el camino de lo que realmente me gusta y para lo que realmente valgo: escribir.
  • A todos los amigos y amigas que me han animado a seguir adelante escribiendo día tras día.
  • A mi familia por las infinitas horas pasadas delante de la pantalla escribiendo como alma que lleva el diablo y por echarme una mano tras el hundimiento del negocio familiar.
  • A Virginia, por presentarme a Lou, ya que sin ella, no habría podido redescubrir mi blog y llegar a publicar "La Cara B de la Historia".
  • A Tucho Balado, editor de "La Cara B de la Historia", por haber confiado en mí en un momento en que todo parecía hundirse bajo los pies.
  • A Gemma Aguilera, por su incondicional apoyo como escritora y periodista de renombre que conoce el duro mundo de las letras.
  • Y a Sonia, porque sin ella, yo, simplemente, no estaría en ningún sitio.
Gracias a todos por el afecto, por el apoyo y por estar ahí. Y sabed que, si alguna vez he molestado a alguien, si alguna vez alguien se ha sentido ofendido por alguna cosa que haya dicho o hecho, jamás ha sido con la menor intención, por lo que -aún no sabiendo lo que haya sido- pido humildemente  y sinceramente perdón.

Es por todo ello que os doy las gracias... y mil veces gracias.



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