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Todo el mundo conoce el dicho latino de "Carpe Diem", pero casi nadie lo que le sigue: Memento Mori (recuerda que vas a morir). ¿Un olvido colectivo? ¿O el ciego que no quiere ver? Muchas cosas hay en esta vida dignas de olvidar y muchas otras dignas de que se sepan. Sea lo que sea, no te lo tomes muy en serio: Memento Mori!
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Escrito por
Ireneu Castillo
Antiguas luchas, sacas nuevas.
Resulta decepcionante ver como las gentes - y con ella, las instituciones- se corrompen en cuanto ven cuatro duros juntos, olvidando rápidamente la historia en cuanto ésta no le conviene. Este es el caso del ayuntamiento de L’Hospitalet, el cual tiene revolucionado al barrio del Centro porque se ha empeñado en destrozar un parque para -como no- levantar pisos en él. Se podría decir que es una más de tantas infames especulaciones inmobiliarias que se están llevando a cabo en estos tiempos en cualquier ciudad, pero aquí la cosa es bastante más grave por ser la zona que es: la plaza Lluis Companys.
Esta plaza formaba parte -antes de ser urbanizada- de un gran solar que se llamaba “la manzana de sindicatos”. Esta zona, que estaba parcialmente construida con casas bajas que databan del siglo XIX, durante el periodo final del franquismo fue derribada con la intención de edificar una especie de pequeño polígono residencial, cuyo único fin era la de la especulación urbanística pura y dura de aquel sector.
En aquellos momentos, se construyó un enorme rascacielos de pisos, en medio de una zona medio urbanizada -había gran cantidad de campos de cultivo aún- y tradicionalmente de edificaciones de baja altura. Sin embargo, se consiguió parar el proyecto a fuerza de pleitos y el asunto quedó enquistado durante bastantes años.
Cuando cayó el régimen franquista y se formaron los ayuntamientos democráticos, todos los partidos políticos tomaron el asunto de la especulación urbanística como caballo de batalla para romper con el pasado. Calidad antes de cantidad. No se debía construir más a tontas y a locas. Hospitalet llegó a principios de los 80 a más de 280.000 almas, existiendo proyectos del ayuntamiento franquista para llegar a unos 600.000 habitantes a mediados de los 90. El dato es que, con la población actual -unos 250.000-, aún tenemos una densidad de población similar a la de Bangla Desh. El plan, simplemente, era de locos.
En esta ciudad el problema de la especulación urbanística había sido -y es- brutal. Se construyó sin ninguna organización, saltándose todas las normas habidas y por haber, con sonoros “pelotazos”, recalificaciones, y construyendo sin ningún tipo de servicio público, por lo que el movimiento vecinal estaba muy concienciado. Aún hoy día se trabaja en los barrios por solventar carencias graves que se arrastran desde aquella época.
Los partidos políticos recién legalizados y las asociaciones de vecinos, tomaron varios estandartes para capitalizar la lucha contra el urbanismo feroz: algunas actuaciones en Bellvitge, Gornal y-¡oh! casualidad- la Manzana de Sindicatos. Se consiguieron parar todos los proyectos que existían en marcha y el proyecto de nuestra Manzana de la discordia fue replanteado en un nuevo contexto urbanístico. Su urbanización tal como es hoy se llevó a cabo durante los 90 y dejó una serie de edificios con un gran espacio central ajardinado, la actual plaza Lluis Companys.
30 años después, el actual consistorio -en manos del PSC desde las primeras elecciones democráticas- ha pretendido volver a las andadas, olvidando la antigua lucha que él mismo promovió con gran ansia unos años atrás, proyectando un gran edificio en medio de la zona ajardinada antes citada. Y la gente se ha movilizado enérgicamente.
Las razones de este cambio son variadas, pero lo que realmente ha producido este súbito cambio de política es que en el contexto actual de especulación urbanística general -pagos de comisiones personales por obras, aumento de las contribuciones a cobrar por los ayuntamientos por el aumento de la población, cobro de permisos de obras, etc.- los actuales responsables no están pudiendo sacar tajada, al estar TODO el suelo urbanizable del municipio ocupado. Se están perdiendo el gran negocio actual que representa el construir a troche y moche y no lo pueden soportar, han de construir sea como sea.
La excusa, esta vez, es la construcción de vivienda protegida -los famosos de 30 m2- y locales para las entidades del barrio. Sin embargo, no deja de ser curioso que una de las entidades que se está poniendo a favor del ayuntamiento en este litigio sea la Asociación de Vecinos del Centro, y aún lo es más saber que ésta misma asociación está esperando a reubicarse -a cargo del ayuntamiento, evidentemente- en uno de los nuevos locales a construir. Perro harto no ladra, y tampoco muerde la mano que le da de comer, evidentemente... y máxime cuando más de uno desearía hacer el salto político a la “Casa grande”. Vergonzoso.
En fin, que el vecindario vuelve a estar en pie de guerra contra la especulación urbanística, pero esta vez tiene delante a los mismos que antaño lucharon contra ese mismo problema.
Poderoso caballero es Don Dinero y anchos los bolsillos de muchos de nuestros políticos.
Esta plaza formaba parte -antes de ser urbanizada- de un gran solar que se llamaba “la manzana de sindicatos”. Esta zona, que estaba parcialmente construida con casas bajas que databan del siglo XIX, durante el periodo final del franquismo fue derribada con la intención de edificar una especie de pequeño polígono residencial, cuyo único fin era la de la especulación urbanística pura y dura de aquel sector.
En aquellos momentos, se construyó un enorme rascacielos de pisos, en medio de una zona medio urbanizada -había gran cantidad de campos de cultivo aún- y tradicionalmente de edificaciones de baja altura. Sin embargo, se consiguió parar el proyecto a fuerza de pleitos y el asunto quedó enquistado durante bastantes años.
Cuando cayó el régimen franquista y se formaron los ayuntamientos democráticos, todos los partidos políticos tomaron el asunto de la especulación urbanística como caballo de batalla para romper con el pasado. Calidad antes de cantidad. No se debía construir más a tontas y a locas. Hospitalet llegó a principios de los 80 a más de 280.000 almas, existiendo proyectos del ayuntamiento franquista para llegar a unos 600.000 habitantes a mediados de los 90. El dato es que, con la población actual -unos 250.000-, aún tenemos una densidad de población similar a la de Bangla Desh. El plan, simplemente, era de locos.
En esta ciudad el problema de la especulación urbanística había sido -y es- brutal. Se construyó sin ninguna organización, saltándose todas las normas habidas y por haber, con sonoros “pelotazos”, recalificaciones, y construyendo sin ningún tipo de servicio público, por lo que el movimiento vecinal estaba muy concienciado. Aún hoy día se trabaja en los barrios por solventar carencias graves que se arrastran desde aquella época.
Los partidos políticos recién legalizados y las asociaciones de vecinos, tomaron varios estandartes para capitalizar la lucha contra el urbanismo feroz: algunas actuaciones en Bellvitge, Gornal y-¡oh! casualidad- la Manzana de Sindicatos. Se consiguieron parar todos los proyectos que existían en marcha y el proyecto de nuestra Manzana de la discordia fue replanteado en un nuevo contexto urbanístico. Su urbanización tal como es hoy se llevó a cabo durante los 90 y dejó una serie de edificios con un gran espacio central ajardinado, la actual plaza Lluis Companys.
30 años después, el actual consistorio -en manos del PSC desde las primeras elecciones democráticas- ha pretendido volver a las andadas, olvidando la antigua lucha que él mismo promovió con gran ansia unos años atrás, proyectando un gran edificio en medio de la zona ajardinada antes citada. Y la gente se ha movilizado enérgicamente.
Las razones de este cambio son variadas, pero lo que realmente ha producido este súbito cambio de política es que en el contexto actual de especulación urbanística general -pagos de comisiones personales por obras, aumento de las contribuciones a cobrar por los ayuntamientos por el aumento de la población, cobro de permisos de obras, etc.- los actuales responsables no están pudiendo sacar tajada, al estar TODO el suelo urbanizable del municipio ocupado. Se están perdiendo el gran negocio actual que representa el construir a troche y moche y no lo pueden soportar, han de construir sea como sea.
La excusa, esta vez, es la construcción de vivienda protegida -los famosos de 30 m2- y locales para las entidades del barrio. Sin embargo, no deja de ser curioso que una de las entidades que se está poniendo a favor del ayuntamiento en este litigio sea la Asociación de Vecinos del Centro, y aún lo es más saber que ésta misma asociación está esperando a reubicarse -a cargo del ayuntamiento, evidentemente- en uno de los nuevos locales a construir. Perro harto no ladra, y tampoco muerde la mano que le da de comer, evidentemente... y máxime cuando más de uno desearía hacer el salto político a la “Casa grande”. Vergonzoso.
En fin, que el vecindario vuelve a estar en pie de guerra contra la especulación urbanística, pero esta vez tiene delante a los mismos que antaño lucharon contra ese mismo problema.
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Yo vivo al lado del barrio de San Antón alto, un barrio tradicional en el que está prohibido por ley construir casas a más de 3 alturas.
ResponderEliminarLo han convertido en un guetto.
Al ser casas pequeñas, con edificación limitada y estar habitado por gente mayor, las constructoras se han desentendido de él. No les es rentable construir ahí, de forma que el ayuntamiento tampoco se molesta en acondicionarlo
Creo que están esperando a que se venga abajo para cargárselo todo y empezar a construir a sus anchas...
Si, a todo eso se le llama mobbing inmobiliario. En Barcelona, también pasa. En Ciutat Vella, hay centenares de personas en la situación que tú denuncias: pisos en alquiler de renta antigua cuyos administradores no arreglan lo más mínimo en espera de que haya una desgracia y se vayan los inquilinos o edificos en que inmobiliarias compran los pisos individualmente para especular, y a los que no quieren vender los llevan masacrados incluso con matones.
ResponderEliminarLo dicho, cuatro duros y la gente se mata por ellos.
Me reafirmo: son todos iguales.
ResponderEliminarYo también estoy contigo. Es una verguenza cómo se echan a perder zonas históricas por culpa de intereses creados y un buen fajo de billetes. Lamento decirte que eso pasa en todos lados y donde yo vivo ya se han cargado más de una playa virgen y la han convertido en un cúmulo de edificios, a cada cual más alto. Una pena.
ResponderEliminarSon socialistas, con ésto queda todo dicho.
ResponderEliminarSi,evidentemente. Los de CiU solamente envenenan poblaciones a través del agua y los del PP recalifican zonas verdes para construir manzanas de casas.
ResponderEliminarSin duda, cosas del socialismo.
Si, el socialismo y sus cositas. ¿Has hablado de los cientos de personas que aún no han vuelto a sus casas de El Carmelo?
ResponderEliminarSi, ciertamente. Veo que no eres lector habitual de Memento Mori.
ResponderEliminarSe nota.
No, no soy lector habitual de esta página, tengo mejor gusto. Eso también se nota.
ResponderEliminarJejeeee, para no ser "habitual" vuelve con frecuencia. Vaya ego...
ResponderEliminarJeroni, com vulguis, es la teva lliure opinió. No tinc res a dir.
ResponderEliminarScape95, cuando la gente vuelve a este -u otros- blog es señal de que hay algo en ellos que le gusta ¿no?
¡Correcto total! ;)
ResponderEliminarTu capacidad para analizar los asuntos de interés social de una manera sencilla, clara y certera me hace comprensible conceptos que en otros medios se me escapan o confunden.
ResponderEliminarAhora vuelven a contratacar, se les ha ocurrido quitar un parque en BELLVITGE, unos de los barrios con mayor densidad de Europa y todo para guardarse terrenos para venderlo a cadenas hoteleras !!!
ResponderEliminarHasta donde piensan llegar!!!
Hasta donde llegue su necesidad de dinero fresco. Cabe destacar que de los que hay ahora, no hay ninguno que haya vivido la lucha vecinal post franquista, por lo tanto, lo único que le mueve es su beneficio personal, su capacidad de trepar dentro del escalafon, asegurarse el enchufe,llenarse los bolsillos o bien, lamer el culo al partido correspondiente.
ResponderEliminarLo peor es que el vecindario se amuerme y les deje hacer. Aunque Bellvitge siempre ha tenido fama de batallador...