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Todo el mundo conoce el dicho latino de "Carpe Diem", pero casi nadie lo que le sigue: Memento Mori (recuerda que vas a morir). ¿Un olvido colectivo? ¿O el ciego que no quiere ver? Muchas cosas hay en esta vida dignas de olvidar y muchas otras dignas de que se sepan. Sea lo que sea, no te lo tomes muy en serio: Memento Mori!
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Escrito por
Ireneu Castillo
Naciones, países y estatutos.
¡Cantemos un aleluya, que ya tenemos nuevo Estatuto en Catalunya! Y ya era hora, porque, después de tanto tiempo tirándose los trastos a la cabeza -para salir en los telediarios-, más que un estatuto, parecía “el parto la burra”. Y espérate, porque éste solo ha sido el primer trámite, y ahora será cuando en Madrid vengan los “jíbaros reductores de estatutos” a dejarlo reducido a la nada. Por su parte, los políticos catalanes celebran su CARPE DIEM a bombo y platillo y copa de cava caro, dejando de lado -¡joder, que pronto!- todas las rencillas, insultos y “caras de perro” que impidieron tener el Estatuto unos cuantos meses -¿años?- antes. Curiosamente, se han “olvidado” del MEMENTO MORI, que vendrá después. Lógico. Ahora resulta políticamente incorrecto. Pan para hoy, hambre para mañana. Así es la vida del político.
Sin embargo, en Madrid ha sido ahora cuando los profetas del Armaguedón de España -Acebes, Zaplana y cia.- han despertado. Solo falta que con la aprobación del Estatuto, se abran las tierras, se provoquen tsunamis y caiga un asteroide de más de 1000 kms de diámetro y ya tendrán el panorama que nos espera en este país para los próximos siglos según su punto de vista -siempre objetivo, evidentemente. Incluso la llegada del año 2000 tuvo augurios más halagüeños para con la España que está punto de desmigajarse. Y todo porque se ha incluido en el texto que Catalunya es “una nación”. Se ha de reconocer que estos tipos son unos artistas de la manipulación de masas.
No quiero pensar la que se hubiera armado si se hubiese definido Catalunya como un “país” en este Estatuto. El holocausto, vamos
Yo no sé si ustedes tienen por costumbre mirar de tanto en tanto el diccionario, pero les recomendaría que buscasen las acepciones “nación” y “país”. Si lo han hecho... ¿les ha quedado claro lo que es cada cosa?. Si dicen que sí, les doy un premio -virtual, por supuesto- porque lo único que deja claro es que no hay nada claro. Cualquier relación entre población y un territorio es susceptible de ser o un “país” o una “nación”. El interés -avieso o no- de quien utiliza la palabra determina el significado de cada una de ellas, o dicho de otro modo, son palabras “políticas”. Diccionario en mano, su casa con su jardincito, puede ser considerado un país con todo el derecho y los que viven en aquella casa, una nación. En el momento que se vayan de la casa, el “país” se quedaría sin “nación”. Sencillo ¿no?.
¿Entonces que es lo que se va a romper con esa denominación según los más centralistas? En el Estatuto que se acaba de aprobar, no dice nada de romper con el Estado español, es decir, con su gobierno, por lo que no significa ninguna rotura de ningún tipo, sino una adecuación dentro del marco legal existente. Que vaya bien para los intereses de unos u otros es cuestión aparte, y que para contrarrestarse mutuamente no dudarán en manipular las conciencias de quien sea, otra..
Estamos metidos en berenjenales políticos en que más que política se está jugando con los intereses económicos de los grupos de poder, manipulando a la gente para que vayan a su son según les interesa. ¿Decir que España se rompe, da votos a los nacionalistas españoles? Se dice. ¿Decir que se busca una Catalunya “libre” da votos a los independentistas catalanes? Pues se dice. Sin ningún problema. Aunque ello implique la utilización de términos equívocos que despierten las más bajas pasiones. Pero ya se sabe que los políticos, -ellos, no nosotros- siempre tienen a ganar en ríos revueltos.
Los tontos somos nosotros por creernos sus cantos de sirena, porque al fin y al cabo la patria no existe más que para que paguemos puntualmente y nos metan un tiro en su nombre si hay una guerra.
Sin embargo, en Madrid ha sido ahora cuando los profetas del Armaguedón de España -Acebes, Zaplana y cia.- han despertado. Solo falta que con la aprobación del Estatuto, se abran las tierras, se provoquen tsunamis y caiga un asteroide de más de 1000 kms de diámetro y ya tendrán el panorama que nos espera en este país para los próximos siglos según su punto de vista -siempre objetivo, evidentemente. Incluso la llegada del año 2000 tuvo augurios más halagüeños para con la España que está punto de desmigajarse. Y todo porque se ha incluido en el texto que Catalunya es “una nación”. Se ha de reconocer que estos tipos son unos artistas de la manipulación de masas.
No quiero pensar la que se hubiera armado si se hubiese definido Catalunya como un “país” en este Estatuto. El holocausto, vamos
Yo no sé si ustedes tienen por costumbre mirar de tanto en tanto el diccionario, pero les recomendaría que buscasen las acepciones “nación” y “país”. Si lo han hecho... ¿les ha quedado claro lo que es cada cosa?. Si dicen que sí, les doy un premio -virtual, por supuesto- porque lo único que deja claro es que no hay nada claro. Cualquier relación entre población y un territorio es susceptible de ser o un “país” o una “nación”. El interés -avieso o no- de quien utiliza la palabra determina el significado de cada una de ellas, o dicho de otro modo, son palabras “políticas”. Diccionario en mano, su casa con su jardincito, puede ser considerado un país con todo el derecho y los que viven en aquella casa, una nación. En el momento que se vayan de la casa, el “país” se quedaría sin “nación”. Sencillo ¿no?.
¿Entonces que es lo que se va a romper con esa denominación según los más centralistas? En el Estatuto que se acaba de aprobar, no dice nada de romper con el Estado español, es decir, con su gobierno, por lo que no significa ninguna rotura de ningún tipo, sino una adecuación dentro del marco legal existente. Que vaya bien para los intereses de unos u otros es cuestión aparte, y que para contrarrestarse mutuamente no dudarán en manipular las conciencias de quien sea, otra..
Estamos metidos en berenjenales políticos en que más que política se está jugando con los intereses económicos de los grupos de poder, manipulando a la gente para que vayan a su son según les interesa. ¿Decir que España se rompe, da votos a los nacionalistas españoles? Se dice. ¿Decir que se busca una Catalunya “libre” da votos a los independentistas catalanes? Pues se dice. Sin ningún problema. Aunque ello implique la utilización de términos equívocos que despierten las más bajas pasiones. Pero ya se sabe que los políticos, -ellos, no nosotros- siempre tienen a ganar en ríos revueltos.
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No creo que el Estatut figure en la lista de prioridades de la gran mayoría de los catalanes (y catalanas, que diría el lehendakari). Pero, en fin, los políticos tienen que ocupar su tiempo con algo.
ResponderEliminarSalu2!
Soy lector de prensa y estoy de Estatut hasta el moño. Vergüenza ajena me dan y que en el fondo se un tema económico, me lo sospechaba.
ResponderEliminarHola, yo oligaría a todos nuestros políticos a leerse "naciones y nacionalismos" de E. Hobsbaun (está mal escrito seguro) para que aprendiesen algo de una puta vez.
ResponderEliminarLo del Estatut es un puto coñazo, pero sirve para desviar los temas que de verdad preocupan a la peña como el puto paro y la mierda de salarios, por no hablar de la sequía que va a provocar una guerra civil por pillar H2O
en Aragón siempre se ha entendido como "país" a lugares determinados.
ResponderEliminarPaís es tanto tu pueblo como una zona de una montaña. Según con quien hables.
Lo de nación ya me supera, pero supongo que si seguimos escarbando en el pasado podremos llegar a formar tribus. Sólo tenemos que esperar que un político tenga la idea...
Si al menos fuera como lo del Fòrum, que al final íbamos pillando entradas gratis por aquí y por allá para enterarnos a qué venía tanto rebombori...
ResponderEliminarQuiero una entrada pa'l Estatut, a poder ser cuando actúe Iggy Pop ;-)
Los problemas que destila este "brillante" nuevo estatuto no se pueden reflejar en las acepciones de un diccionario, ni mucho menos en su definición morfológia de raíz. El término nación no escandasliza por si mismo, sino que es la opinión del pueblo, y el idealismo que este tiene acerca de él, lo que pone entre comillas, este término. Aunque peque de sofismo expopulo, debemos darnos cuenta de que por mucho que busquemos las acepciones de nación, seguirá teniendo el mismo significado para nosotros. No nos engañemos. No se tratade si el término nación es acptable en este único e indivisible país que es España, es que el tripartito, maneja esta palabra como arma de doble filo. Sabiendo que la morfología está de su lado, ataca conscientemente al concepto de España y lo que esta supone.
ResponderEliminarY en un país democrático no prima más la voluntad de las masas que la opinión de un diccionario?
Cierto, así es la democracia: mil personas equivocadas tienen mas razón que una que no lo esté.
ResponderEliminarDe locos.
Solamente una aclaración científica. En este universo que nos ha tocado vivir, todo es divisible. ¡Hasta el átomo!
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