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¿Conoces mi último libro?

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Pobles Medievals de Catalunya (2024)

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Capítulo 7: El asunto del canal

El botellón del avestruz

Visto los acontecimientos de los últimos días, a mi que me perdonen, pero pienso que algo falla en este país. Mientras que en Francia toda la juventud se moviliza violentamente para luchar contra los contratos basura que pretende meterles sin vaselina Dominique de Villepin (despido libre a los más jóvenes de 26 años) poniendo en jaque a todo el gobierno de Chirac, resulta que a pocos kilómetros al sur, la juventud española se moviliza en masa para ver qué ciudad coge la borrachera pública más multitudinaria. Esto, lo miren como lo miren, es más motivo de mofa mundial que motivo de orgullo.

Me parece muy bien que la juventud se divierta cuanto quiera, pero cuando esa misma juventud solo sabe “divertirse” a expensas de alcohol de garrafón y drogas adulteradas día tras día y se niega a movilizar para cosas que realmente le afectan, callando como putas y asumiendo cobardemente una y otra vez una realidad diaria cada vez más dura, eso quiere decir que esa juventud está enferma, muy enferma. Vergonzosamente enferma.

Es muy cómodo decir que la gente joven, ante la perspectiva de un mal futuro tienden a querer olvidar el incierto porvenir que les espera, pero esta respuesta colectiva es, simplemente, la respuesta del avestruz. Si la situación es mala, buena parte de culpa es de los políticos que hacen a su antojo, pero no menos parte de culpa tiene la juventud que se ve afectada por esas políticas, que lejos de rebotarse en masa para mejorar sus perspectivas, se esconde en una juerga continua participando poco o nada para arreglar los problemas que realmente le afectan: los estudios, la precariedad del trabajo, el paro, el precio de la vivienda... Ponerse hasta el culo de porros y cerveza de jueves a domingo solucionan todos los problemas. De vergüenza.

Para colofón, cada vez que se habla de algún país extranjero, aflora el enfermizo orgullo de noble imperial español degradado a barrendero y creemos que nosotros somos los mejores y los demás son una mierda. Tal vez sea así, pero por algo será que el salario mínimo francés es el doble del español. A lo mejor cada uno tiene lo que se merece.

Con un porrete y una litrona en la mano ya está bien todo.



Joven y su perro luchando denodadamente contra la precariedad laboral.

Comentarios

  1. Anónimo7:39 p. m.

    No sabes de lo que hablas.

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  2. Anónimo7:05 a. m.

    Estoy completamente de acuerdo con lo que expones. Pero tenemos de reseñar que en Francia hay una gran tradición de lucha política, que esos jóvenes han heredado de sus padres y abuelos. A lo mejor aquí en España lo que falta es tradición en ese sentido. En definitiva, una cultura política adecuada no se forja de un día para el otro. De todas formas por el camino que vamos nunca lo lograremos.

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  3. El salario mínimo será el doble... ¿Y no es muy superior el coste de la vida? ¿Y el PIB de Francia? Y aunque ahora nos estemos acercando, Francia ha sido mucho más rica durante mucho más años...

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  4. El salario mínimo será el doble... ¿Y no es muy superior el coste de la vida? ¿Y el PIB de Francia? Y aunque ahora nos estemos acercando, Francia ha sido mucho más rica durante mucho más años...

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  5. Este post me ha sonado bastante carca, Señor Ireneu.

    Intrigado me tiene esta Oceanida que pone comments siempre. Quién es? Es tu esposa o qué?

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  6. Ireneu, triste la constatación de que sencillamente, esto es lo que hay...Aunque supongo que por la parte que me toca tampoco debería escurrir el bulto...Lo que está claro es que esta juventud es el producto de una sociedad hedonista, tremendamente alejada de los verdaderos problemas que aquejan a las familias, que antepone el fin a los medios con tal de olvidarse de la dura realidad que nos intentan vender de equiparación a Europa, cuando estamos a años luz en cuanto a prestaciones sociales, salarios y conciencia colectiva de capacidad de presión sobre el sistema...En fin, que mucho ruido y pocas nueces, como siempre...para que queremos un salario superior si con el actual ya da para muchos botellones...Vive el botellón, digo...la vida...

    Agur.

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