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Independencias comparativas.

Ayer se celebró en Montenegro el referéndum para decidir si se convierte en estado independiente o continúa su federación con Serbia. Han ganado los independentistas que habrían obtenido el 56% de los votos, con una participación altísima del 86% del electorado. Mucha gente, sobretodo en Euskadi y en Catalunya han querido ver un paralelismo de lo que se tendría que hacer para conseguir sendas independencias de forma democrática. Sin embargo, la situación dista bastante de ser la misma.

Para empezar, el estado de Serbia-Montenegro era los restos de la antigua Yugoslavia que tras la guerra de los Balcanes y el horror humano vivido en aquellas tierras se había disgregado en una miríada de pequeños países. La Unión Europea, en el 2002, obligó a Serbia a asumir una constitución en que Montenegro tendría una fuerte autonomía (de facto era independiente) y que tras tres años de su entrada en vigor podría convocar un referéndum en que los montenegrinos se definieran sobre si seguir en la federación o independizarse de Serbia.

La composición étnica de Montenegro es un auténtico disparate: de 620.000 habitantes, 267.000 son montenegrinos, 198.000 serbios, 48.000 bosnios, 31.000 albaneses, 24.000 musulmanes, 7.000 croatas, 2.800 gitanos y el resto de otras etnias. Es decir, Montenegro es una muestra del polvorín étnico provocado por las diversas invasiones, guerras y dictaduras de los Balcanes durante los últimos siglos con el único fin de uniformizar artificialmente y hacer prevalecer unas poblaciones respecto otras. La democracia, en estas situaciones es un bien poco menos que utópico.

Considero que todo lo que ha incidido para la secesión de Montenegro, poco tiene de paralelo con nuestros casos y lejos de quererse comparar con alguien que ha sufrido una guerra de tales consecuencias, con quien se ha de comparar son con los casos de Chequia y Eslovaquia o con los del Québec canadiense debido a la soberanía ejercida por ambos pueblos.

Particularmente creo que un referéndum de autodeterminación de Euskadi o Catalunya no tendría que dar miedo a nadie, ya que si sale que si, eso quiere decir que un pueblo no se considera parte componente del estado y no es posible más que por la fuerza retenerlo en él. Si por el contrario, el resultado es no, acallaría las voces separatistas porque sería el mismo pueblo que habría decidido y quedarían totalmente desautorizados.

Sin embargo, el gobierno de España no está por la labor, y ha dado claros ejemplos durante su historia más reciente, pero eso es post de otro día.

Hoy, Montenegro, es un país europeo con la población de la ciudad de Zaragoza, que puede entrar en la Unión Europea junto con España.

Ya está todo dicho.

Comentarios

Mr. Hot Potato ha dicho que…
La utilización que han hecho algunos partidos nacionalistas vascos y catalanes del referéndum de Montenegro es, como poco, hilarante.
Mr. Hot Potato ha dicho que…
La utilización que han hecho algunos partidos nacionalistas vascos y catalanes del referéndum de Montenegro es, como poco, hilarante.
Anónimo ha dicho que…
Estas lleno de razón! y de hecho Zaragoza también pide su referendum!! y el barrio del Pilar el suyo!
debolsillo ha dicho que…
A mí no me disgustaría no compartir nacionalidad con algunas personas, sólo por no ser compatriota de Aceves yo votaría la Independencia.
Un blogbesito.

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