  | 
| Topsy, el elefante ajusticiado | 
La 
crueldad del ser humano para con los animales es, a pesar de encontrarnos en pleno 
siglo XXI, una asignatura pendiente para la civilización. Aún hoy día existe la idea generalizada de que los animales son seres 
inferiores a los cuales podemos tratar como nos de en gana, sin darnos cuenta que tanto ellos como nosotros, no somos más que 
compañeros de viaje de esta frágil burbuja de tierra, aire y agua de color azul que 
flota a toda velocidad por el vacío universo. Por suerte, la humanidad está 
avanzando en este sentido, pero hasta no hace mucho la cosa era bastante diferente y solo así se entienden casos como las luchas de tigres contra toros (
ver Un tigre, un toro y el infinito disparate humano) o como el caso que tuvo lugar en 1903, en que un elefante fue 
condenado a morir cruelmente en la 
silla eléctrica.
 
  | 
| Pirámide espectacular | 
Topsy, en 1903, era una elefanta india de unos 36 años que pertenecía a un circo de 
Coney Island en Nueva York que pasaba su vida haciendo ridículas piruetas para el público estadounidense. Esta elefanta había sido arrebatada a su familia en la India con una edad de
 8 años y fue llevada hasta los Estados Unidos para formar parte de la troupe del 
circo Forepaugh, uno de los más grandes circos del mundo, competencia directa del famoso circo Barnum. Forepaugh, sin embargo, estaba especializado en las 
fieras salvajes y tenia gran cantidad de todo tipo de animales exóticos, a los cuales se forzaba a hacer todo tipo de cabriolas en unas condiciones a cual más inverosímil y 
denigrante para los propios animales, pero que eran especialmente atractivos para el público. Por ejemplo, uno de los más famosos números de este circo era una 
pirámide de 5 elefantes el cual levantaba expectación allí por donde era representada.
 
  | 
| Elefantes amaestrados | 
No obstante, la vida de los elefantes que la representaban no era 
ni cómoda, ni dulce. Topsy, desde que llegó a América, debido a su juventud se utilizaba en números infantiles, por lo que se hizo famosa, pero conforme creció fue entrando en otros tipos de números más complicados. Ello implicaba un trabajo mayor y 
mayores castigos, a manos muchas veces de unos cuidadores 
infames que los maltrataban continuamente hasta extremos 
sádicos (
ver La bochornosa historia de Pizarro, el elefante matador de toros). En esta situación de maltrato reiterado, no eran pocos los elefantes -posteriormente reconocidos como una de las especies
 más sensibles que existen- que acababan por perder la cordura. 
Topsy fue uno de ellos.
 
  | 
| Luna Park en Coney Island | 
Nuestra protagonista se había hecho tristemente famosa por provocar la muerte de dos cuidadores, uno en Waco y otro en París (ambas ciudades de Texas) en los últimos 3 años. Pero la gota que colmó el vaso fue la muerte de un tercer cuidador, el cual, 
borracho como una cuba, no tuvo mejor idea que darle de comer a Topsy un cigarro 
encendido. La elefanta, fuera de sí -normal por otro lado- lo levantó con su trompa y lo 
estampó contra el suelo, matándolo instantáneamente. Este hecho hizo que la compañía Forepaugh la viera como un 
estorbo para su negocio y, tras apartarla al circo de Luna Park en Coney Island, decidió 
quitársela de encima.
 
  | 
| Thomas A. Edison | 
La idea al principio era 
ahorcarla, pero la protesta de la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad con los Animales hizo que se buscasen alternativas. En esta situación, el famoso inventor Thomas Alva 
Edison, que estaba en plena pugna con Nikola 
Tesla y George 
Westinghouse por el desarrollo de la industria eléctrica, vio que la ocasión la pintaban calva para 
denigrar a sus competidores. Edison intentaba generalizar el uso de la 
corriente continua, mientras que Tesla y Westinghouse propugnaban el uso de la corriente alterna, por lo que Edison aconsejó que Topsy fuera ajusticiada mediante una suerte de silla eléctrica que utilizaría 
corriente alterna para matarla. De esta forma quedaría patente la 
peligrosidad de la corriente alterna y dejaría en buen lugar a su apadrinada corriente continua.
 
  | 
| Topsy en el cadalso | 
El día 4 de enero de 1903, Topsy fue llevada mansamente a su particular 
cadalso (
ver El loco y cruel juicio a una gorrina asesina). Se le instaló una especie de arnés metálico que le cubrió la cabeza y fue calzada con unas sandalias cubiertas de cobre en cada una de las patas. Por lo visto, la sandalia de la pata delantera derecha dio más problemas de instalación de lo debido, ya que la desgraciada bestia no la toleraba. A pesar de ello, al final se le colocó.
 
Previamente a la descarga, se le darían tres zanahorias envenenadas con un total de 460 granos (unos 30 gm) de 
cianuro de potasio. Primeramente se le dieron dos y, dado que Edison iba a 
filmar todo el "espectáculo", cuando estuvo preparado le dieron a Topsy la 
tercera zanahoria. La idea era dejarla 
aturdida y colaborar en lo posible a que la "silla eléctrica" hiciera su trabajo correctamente.
 
  | 
| El momento de su muerte | 
A las 
14.45 h, a una señal de Edison, una corriente de 
6.600 voltios recorrió el cuerpo del paquidermo, levantando una fuerte humisca de sus patas y cayendo pesadamente de su lado derecho. Tras 10 segundos de electrocución, cesó la corriente y pasados dos minutos, el médico certificó la muerte de Topsy. Todo el pescado estaba vendido y los casi 1.500 espectadores que estaban se retiraron del lugar del 
elefanticidio. El cuerpo fue comprado por un taxidermista, el cual, tras separar la cabeza -la cual fue enterrada- utilizó la piel para 
tapizar unas sillas, y las patas como 
bases para parasoles. Triste fin para un animal que simplemente siguió su instinto y se defendió del maltrato infligido por sus supuestos cuidadores.
 
Según los testimonios, el animal no emitió ni un sonido, ni un gruñido. Nada. En la actualidad sabemos que los elefantes se comunican con sus congéneres con sonidos de baja frecuencia inaudibles al ser humano, pero que recorren largas distancias. Su silencio, bien pudiera haber sido su último grito de horror ante la estulticia de un ser que pretenciosamente se autodenomina 
sapiens.
  | 
| Triste fin de un elefante maltratado | 
 
Webgrafía
 
¡Impresionante! Pero no excepcional. El ser humano es sin duda el animal más salvaje de la creación. El único que siente placer en matar y el que se ha inventado las formas más salvajes de hacerlo, con los animales, pero también con sus congéneres.
ResponderEliminarY lo peor de todo es, que sigue practicando ese sistema de eliminar a cualquier animal, en cuando cree que le puede dar problemas, como en el caso de un perro que muerde a una persona e inmediatamente se decreta su muerte, etc.
¡Que impotencia!
ResponderEliminarCrímenes impunes
Ojalá les haya llegado su castigo a los descraciados