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El pasillo del metro Rambla Just Oliveras y la historia que esconden sus pesadas escaleras

Entrada al metro Rambla Just Oliveras
Entrada al metro Rambla Just Oliveras
Es un hecho incontestable que, no por el hecho de pasar miles de veces por un sitio, lo conocemos mejor. Esta situación, que la lógica nos dice que no debería ser así, pero todos sabemos que es una verdad como un templo, es una realidad palpable en cada rincón de L'Hospitalet. Casas, balcones, celosías, esgrafiados, detalles artísticos o simplemente históricos son sistemáticamente cegados por el tupido telón con que la cotidianidad ciega nuestros atolondrados ojos. Y un ejemplo claro lo tenemos en uno de los lugares de paso más concurridos de toda la ciudad: el pasillo del metro de Rambla Just Oliveras.

Las escaleras en realidad son un puente
Las escaleras en realidad son un puente

Si ha estado alguna vez en la estación de metro de Rambla Just Oliveras (L1) seguro sabrá que el recorrido, desde la calle hasta llegar a la gran sala de accesos, es un tanto intrincado tanto si entras desde la propia rambla o desde la puerta de la estación de tren de L'Hospitalet (ver Bifurcación Gornal, el misterioso túnel fantasma de L'Hospitalet). Pues bien, si toma el acceso desde la Rambla, tendrá que bajar unas cuantas escaleras, circular unos metros por un pasillo en ligera pendiente, subir un tramo de escaleras que llega a una plataforma a la que también llegan los que bajan del tren para, a continuación, volver a bajar otro tramo largo de escalones hasta llegar al vestíbulo donde están los peajes. Este sube y baja de escaleras que, si bien es inmejorable para ejercitar las piernas es bastante pesado, no es gratuito, ya que en realidad es un puente que esconde bajo nuestros pies la circulación del olvidado y omnipresente Canal de la Infanta.

¿Qué es lo que pudo pasar para que una infraestructura tan importante como es la del metro se tuviera que adaptar a un pequeño canal? La respuesta es simple: porque el canal era tan importante que debía respetarlo. Ahora ni siquiera lo conocemos, pero hasta no hace tanto, así era.

Campos en Gran Via Sud (1987)
Campos en Gran Via Sud (1987)

Efectivamente, a principios de los años 80, si bien en plena decadencia desde que en 1968 le endiñaron toda la mierda que bajaba por la Riera de Rubí y el río Anoia, el Canal de la Infanta (ver El Canal de la Infanta o la trascendencia histórica de un patrimonio olvidado) aún regaba más de 100 hectáreas de campos por debajo de la Gran Vía. Esto suponía que, si bien en 1978 todo el tramo de Hospitalet había sido expropiado a la Junta del Canal por el Ayuntamiento, éste tenía derecho (y obligación) de seguir dando servicio de riego a los agricultores que así lo solicitasen. La apertura durante los 60 de la Avenida Josep Tarradellas (en aquel momento, calle Alpes) desde la rambla hacia Cornellà, obligó a la cobertura del canal en todo lo largo de la vía provocando, por ejemplo, que los dos carriles de circulación quedasen desde entonces a dos niveles. No obstante, la cobertura del trozo entre el inicio de la Rambla y la estación de ferrocarril es mucho anterior.

Mapa de Hospitalet -Centro (1867)
Mapa de Hospitalet -Centro (1867)
En 1910, con la intención de hacer un ensanche del barrio del Centro, se empezó a construir en terrenos del alcalde Just Oliveras (ver Los misteriosos cuernos que habrían asesinado al alcalde Just Oliveras) la conocida Rambla de Just Oliveras. Hasta entonces, aquellos que querían ir a coger el tren desde el casco viejo, no tenían más remedio que remontar la Riera de la Creu hasta la calle Sant Joan, para ahí pasar por la calle Bruc hasta un camino que vadeaba el Canal de la Infanta por un pequeño puente, y así plantarse en la estación. El canal se había mantenido al aire libre en todo el tramo hospitalense desde su inauguración en 1819, pero la apertura de la nueva rambla aumentaba notablemente el tránsito de personas por este punto y, por tanto, tener el canal a cielo abierto era una barrera a la comunicación. Así las cosas, el canal se cubrió en unos 150 metros, repartidos antes y después de la estación de tren y así se mantiene hasta hoy pese a todo.

Canal frente Can Buxeres (1955)
Canal frente Can Buxeres (1955)
Las obras de prolongación del metro de la Línea 1 desde Torrassa a Av. Carrilet (1977-1987) permitieron la creación de la estación de Rambla Just Oliveras en la cabecera de la rambla, pero ello implicaba tener que salvar de alguna forma el obstáculo inamovible que suponía el Canal de la Infanta y su servicio de riego. De esta manera, la necesidad de hacer un pasillo de acceso desde el inicio de la rambla chocaba con la imposibilidad de eliminar dicha infraestructura, diatriba que se saldó con la construcción de unas escaleras que remontasen el cajón por donde pasaba el canal -aún a costa de quedar muy cerca de la superficie- para, a continuación, bajar de nuevo a acceder al vestíbulo.

Rótulo antiguo de la Junta del Canal en LH (2020)
Rótulo antiguo de la Junta del Canal en LH (2020)
En la actualidad, a pesar de que los campos acabaron desapareciendo (la oficina de la Junta del Canal en Hospitalet se mantuvo en Prat de la Riba,186 hasta su cierre a principios de los 90),  y la infraestructura fue transformada en una cloaca, no hay ni la más mínima placa, ni señalización que avise de que, en este punto, se está atravesando el antiguo Canal de la Infanta. No obstante, si miramos al suelo y vemos más allá de las cucarachas que a veces corren, veremos un par de cuadrados de cemento que nos marcan el ancho del bicentenario canal. Una señal de que, por mucho que lo ignoremos, por mucho que lo desdeñemos y por mucho que lo olvidemos, L'Hospitalet, sin el Canal de la Infanta, no sería nada.

Nada.

Las marcas en cemento marcan el ancho del canal
Las marcas en cemento marcan el ancho del canal

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