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Pobles Medievals de Catalunya (2024)

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Capítulo 7: El asunto del canal

La Muralla Romana de Barcelona, la augusta corona de la Ciudad Condal

Muralla romana de Barcelona
Muralla romana de Barcelona
Barcelona, como indiscutible capital de Catalunya, ha tenido una azarosa historia sólo equiparable a su categoría de gran ciudad del occidente del Mediterráneo. Esta vasta historia, que ha dado para más de un artículo en este blog, provocó que desde su fundación como colonia romana en el año 10 a.C., la rimbombante Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino, ubicada en lo alto de la colina del Mons Taber (ver El Cagalell, una marisma a pie de Colón), estuviera protegida y fortificada en todo su perímetro por una potente muralla. Unas murallas espectaculares que, pese a los milenios transcurridos y las ampliaciones posteriores, son visitables para las hordas de turistas que deambulan por el atestado centro de la Ciudad Condal.

Portal del Bisbe, entrada de la Barcelona romana
Portal del Bisbe, entrada de la Barcelona romana
La Barcino romana, aunque escondida por todas las construcciones de siglos posteriores, ocuparía un espacio que (grosso modo) podríamos restringir entre las actuales Avenida de la Catedral y Passeig de Colom por un lado y entre la Vía Layetana y las Ramblas por el otro; un relativamente pequeño espacio de 13 hectáreas conocido como Barri Gòtic que permite su visita a pie, ya sea accediendo a la zona con ferrocarril, metro o autobús, gracias a la gran oferta de transportes públicos que dan servicio al centro de Barcelona (la calidad del servicio ya, si acaso, lo dejamos para otro momento, ver Infraestructuras denigrantes).

Perímetro de la muralla romana
Perímetro de la muralla romana
Así las cosas, la ciudad romana sensu strictu (se especula que hubiera una serie de edificios fuera del recinto amurallado, ver La oculta ubicación del anfiteatro romano de Barcelona), con forma de octógono alargado y estructurada por una cuadrícula desarrollada a partir de dos vías principales transversales, el cardo (que correspondería al eje de la calle Ferran-Baixada de la Llibreteria) y el decumano (que recorrería la calle del Bisbe y la calle de la Ciudad) se rodeó de un perímetro de potentes murallas con el foro -representado por la actual Plaça de Sant Jaume- como protagonista central. El hecho de encontrarse a medio camino entre Tarraco (Tarragona) y Emporion (Empúries) y en una ubicación que permitía una comunicación rápida con el interior por los valles del Besòs y el Llobregat, hacía de Barcino un lugar estratégico a defender.

Representación de la Barcelona romana
Representación de la Barcelona romana
Esta necesidad llevó a la construcción de la primera muralla tan pronto como se fundó pero, durante el siglo IV, la muralla de 2 metros de grosor y 8 metros de alto original quedó pequeña frente a las invasiones bárbaras, lo que llevó a los romanos a ampliarla. Una ampliación que supuso adosar un nuevo muro formado por grandes bloques escuadrados en el exterior de la muralla antigua, llenando el espacio entre las dos murallas con hormigón (esto daba una anchura que superaba los 4 metros) y la construcción de 78 torres -la mayoría de base cuadrada- con una separación de entre 6 y 10 metros a lo largo de los 1.300 metros de perímetro amurallado. Tal mogollón de torres tan juntas hizo que Barcino fuera llamada "la coronada" y justo ha sido esa fortificación la que ha llegado hasta nuestros días.

Muralla de la placeta Frederic Marés
Muralla de la placeta Frederic Marés
Con el tiempo, muchos restos de este perímetro han ido quedando al descubierto y se pueden visitar en una ruta que, saliendo de la Plaça Nova -donde podemos encontrar las torres circulares de la Porta Praetoria (acceso a la calle del Bisbe)- pasaría por la calle de la Palla, calle Banys Nous, calle de Avinyó, calle de Gignàs, calle Regomir, calle del Correu Vell, Plaça dels Traginers, calle Sotstinent Navarro (lienzo de murallas más extenso), Plaça de l'Àngel, calle Tapineria y regreso a la Avenida de la Catedral.

La Capella de Santa Àgata sobre la muralla
La Capella de Santa Àgata sobre la muralla romana
El crecimiento de Barcino durante la Edad Media hizo que esta muralla, a pesar de haber sido varias veces remontada -y justo por ello-, encorsetara la ciudad, lo que llevó a Jaume I  (ver La vergonzosa odisea de las dos cabezas del rey Jaime I el Conquistador) a la construcción de un nuevo recinto amurallado más extenso. La muralla romana, de esta forma, quedó incorporada al entramado urbano y, dada su excepcional solidez, se utilizó como cimiento de numerosos edificios nobles medievales posteriores (Palau Reial Major, Palau Requesens, Capilla de Santa Ágata , Casa del Ardiaca...).

Torre redonda de la Plaça dels Traginers
Torre redonda de la Plaça dels Traginers
En el siglo XIX, el derribo de las murallas medievales y de época moderna y la apertura a cruzabarbecho de la Via Laietana, si bien destruyeron partes del muro romano, dejaron al descubierto buena parte de esta muralla histórica. Una muralla que, empotrada entre las paredes de los edificios que vinieron después, refleja el lejano -y en gran parte desconocido- pasado que esconden las calles y callejones de la capital de Catalunya.

• El valor del reciclaje

Espacio entre las dos murallas en la c/Avinyó
Espacio entre las dos murallas en la c/Avinyó
Para llenar el hueco que se encontraba entre las dos murallas romanas, no sólo se utilizó hormigón, sino que los romanos aprovecharon el espacio que quedaba entre el muro viejo y el nuevo para tirar todo tipo de escombros de viejos edificios. Así las cosas, este relleno se ha convertido, por sí mismo, en un excepcional yacimiento del que han salido gran cantidad de lápidas, esculturas y elementos arquitectónicos diversos, fruto del material de desecho de los constructores romanos de la época.


El dato: En la puerta del local del Centre Excursionista de Catalunya, en la calle Paradís nº 10 -un callejón junto a la plaza de Sant Jaume- existe en el suelo una rueda de molino que indica la cima del Mons Taber. Esta colina, con 16,9 m de altura, vertebró la Barcelona romana, tal y como lo atestiguan las columnas del Templo de Augusto que se ubicó en su punto más alto, los restos del cual se pueden ver dentro de este edificio.

Columnas del Templo de Augusto de Barcelona
Columnas del Templo de Augusto de Barcelona

Por si la quieres visitar:
 
Dirección: Turismo de Barcelona, Plaça de Catalunya, 17, 08002 Barcelona (Barcelonès)
Teléfono: (+34) 932 853 834
Acceso: Propiedad pública visitable

Representación de las murallas del Portal del Bisbe
Representación de las murallas del Portal del Bisbe

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