Cien vias correctas, una falsa.

Ángel "Dosvias" Acebes debe estar que trina. Cada vez que hay una operación policial se le aleja más la ansiada ETA-Connection del 11-M que los retorne al poder. La ETA se les ha convertido en ese Dios que desean fervientemente que exista pero que la ciencia pone cada vez mas lejos. ¡Que malos son los cuerpos de seguridad del estado, joer!

Hoy, sin ir mas lejos, se ha producido una operación policial en diversos puntos de la geografía española, en la cual han sido detenido a 16 islamistas, algunos de los cuales buscados por su colaboración en el 11-M. He de confesar que las actuaciones de la policia no son santo de mi devoción, pero estos merecen que se les reconozca la faena que llevan haciendo desde el mismo momento del atentado con una gran efectividad: un centenar de detenidos los avalan. Por contra, los servicios de investigación americanos con el 11-S solo han conseguido uno. Algo querrá decir.

Supongo que la Policía Nacional debe tener clavada una espina muy dolorosa tras el trato quasi-vejatorio y las actuaciones del gobierno "ansarista" para con ellos y con la resolución del caso. Obligarles a seguir una via que no llevaba a ningún sitio -con lo que ello significaba de esfuerzo perdido-, no cerrar las fronteras automáticamente tras el atentado (dando la posibilidad a que escapasen del pais) y el negarles la razón contínuamente, en un momento tan especialmente doloroso e impactante que movilizó a quien podia hacer algo y a quien no, debió producir una sensación de impotencia tal en los agentes de policia que investigaban el caso que, cuando han tenido opción de actuar libremente, han puesto quince sentidos en esclarecer el caso.

La pista de ETA fue el mayor impedimento para un esclarecimiento rápido del atentado, gracias a la inconsciencia neurótica del gobierno Ansar y su ambición de poder sin límites. Los "Romerales" y "Arensivias" policiales, voces de su amo, pusieron todas las trabas posibles para otorgar la autoria del atentado a sus reales autores, desacreditando publicamente a los agentes policiales que veian claramente de donde procedian y que veian una autentica barbaridad el volcar efectivos inutilmente. El sentimiento de impotencia tuvo que ser impresionante, máxime cuando se conocia el peligro islámico de hacia tiempo -atentado de Casablanca-, al cual el gobierno no quiso dar mayor importancia.

Por suerte las cosas han cambiado.Nunca es tarde si la dicha llega, aunque ya sea demasiado tarde para 200 personas.