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¿Conoces mi último libro?

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Pobles Medievals de Catalunya (2024)

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La espada de Damocles de la tradición

Ya estamos en San Juan, y junto con sus peritas, ya han aparecido sus cocas, sus verbenas... y sus petardos. Esos petardos "inofensivos" made in china -cómo no- que no se sabe bien porqué vienen acompañados por sus sorderas más o menos temporales, sus quemaduras de todas las categorias, sus tradicionales visitas a Urgencias por dedos amputados y por la impresionante cantidad de conatos de incendio provocados. En un mundo mediterraneo con tal riesgo de incendio es una barbaridad que aún exista "institucionalizado" un culto al fuego. La tradición o el negocio de unos pocos no puede poner en peligro la vida de tanta gente. Por suerte, algunos pueblos están poniendo remedio.

Este año tan seco -es el año con mas riesgo de incendio de los últimos 50 años- cualquier llama por nímia que parezca es un autentico coctel molotov. En varios pueblos de Catalunya se han prohibido las tradicionales hogueras, y el lanzamiento de petardos y cohetes con multas de hasta 300 euros. Reconozco que es algo radical, pero cuando se juega con algo más que con la tradición, toda limitación es poca y bueno sería que poco a poco la misma sociedad se autolimitara en el uso de este tipo de artefactos, que no proporciona más placer que una luz, ruido ensordecedor y residuos por doquier.

Me acuerdo que antes se comenzaban a sentir petardos casi un mes antes de San Juan, ahora dificilmente oyes ninguno hasta que no faltan diez dias y aún así no se oyen en exceso hasta la misma noche de la verbena. ¿Que ha pasado? Reducción drástica de los puntos de venta -antes cualquier papeleria te los vendía-, miedo ante la peligrosidad manifiesta de los artículos pirotecnicos y falta de presupuesto de las familias para gastar en ruido, se apuntan como las causas que estan motivando la bajada del consumo de petardos. Un descenso de consumo que aún se apunta mayor para este año por las restricciones administrativas, y que deseo se haga extensivo a años venideros.

Hace años que no tiro ninguno -el deshacer tracas, ensordarme, y hacer petar las botellas me aburre- y cada vez les tengo mas miedo, dado que en manos de borrachos un "trueno" más que un artículo de diversión se convierte en una autentica ruleta rusa. Ruleta rusa que puede desgraciar una mano, un ojo, una vida, un bosque o una población entera.

A ver cuanta gente tiene que arrepentirse este año de seguir la tradición.

Comentarios

  1. Anónimo5:57 p. m.

    Siempre me pregunto por qué en las fiestas de este país nos da por hacer el burro: correr delante de unos toros, quemar media ciudad llena de muñecos que cuestan un huevo, poner petardos y quemar kilos de pólvora en las piernas de tus convecinos, guerra de tomates, marear a un novillo, tirar una cabra desde un campanario.....

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  2. Será para desquitarnos de la capa de "urbanidad" con la que nos disfrazamos todo el año...

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  3. Mi mensaje de hoy también tendrá algo que ver con las fiestas de San Juan. Pero en este caso con todo en general, petardos, ruido, atascos...

    Antes me encantaban. Ahora no las soporto. Creo que me estoy haciendo mayor...

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