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¿Qué hacer en caso de Tsunami?

El terremoto de grado 8,9 de escala Richter que ha habido hoy en Japón y el tsunami con olas de 10 metros que han engullido todo a su paso, no ha dejado indiferente a nadie. Las imágenes en directo de este primer maremoto televisado de la historia simplemente son de las que dejan mudo a cualquiera. Si esto mismo ocurriese en estas latitudes, en vez de unos pocos cientos de muertos como van marcando los teletipos, los muertos se contarían por decenas de miles (ver El inquietante terremoto de Queralbs). Y es que si algo define a la sociedad japonesa es su extraordinaria organización y disciplina, o lo que es lo mismo, la diferencia entre la vida y la muerte en una situación de excepcionalidad tal como la sufrida.

Los planes de evacuación y de actuación ante estas desgracias son básicas, y la población nipona las conoce al dedillo y más si tenemos en cuenta que en este territorio se producen el 17% de los terremotos que cada año se producen en el planeta y la convivencia con la naturaleza desatada es obligatoria. A pesar de toda la concienciación, la arquitectura antisísmica y los planes organizativos, las fuerzas telúricas se cobran su impuesto de víctimas.

Las imágenes del tsunami que nos han llegado son escalofriantes, pero seguro que a más de uno ha llamado la atención que la llegada de la ola de 10 metros no ha sido como en las películas, en la que una descomunal ola -del estilo que buscan los surfistas- se abalanza desde tres o cuatro pisos de altura. Los tsunamis, si bien son un auténtico jinete del Apocalipsis, tienen poco que ver con lo que Hollywood nos ha vendido, ya que, en realidad, son más parecidos a súbitas subidas de marea con capacidad de llegar a muchos kilómetros en el interior que una fotogénica ola surfera. 

Sin embargo, si se encontrase en medio de un "fregado" como este, a parte de rezar hasta el Credo,...¿sabría cómo actuar? Aquí van una serie de consejos que le pueden ser de utilidad si se encuentra en una zona costera con peligro de tsunamis:

  • Si está en la playa y  nota un terremoto importante, conviene eludir la primera linea de playa. Un terremoto puede no crear un tsunami, pero más prudente es evitar la arena por si acaso.
  • En caso de no sentir ningún terremoto que nos ponga sobre aviso, una de las señales que nos puede avisar es observar un extraño y repentino descenso del nivel del mar que dejará el fondo marino al descubierto. En ese caso, será preceptivo correr hacia el interior, tanto más rápido cuanto más se haya retirado.
  • En el horizonte podrá observarse una linea blanca que indicará la linea de la primera cresta de olas. Deberemos huir por tanto hacia el interior y hacia las partes más altas.
  • Evitaremos huir por vaguadas y lechos secos de ríos, ya que será lo primero que se llenen de agua al ser los niveles más bajos de la superficie.
  • Huir hacia el interior lo más rápidamente posible, y si vamos más lentos que el frente de ola, intentar acceder a los puntos más altos, ya sean puentes de carreteras, colinas o edificios sólidos.
  • Si estamos en una zona plana y los edificios son poco sólidos -construcciones de madera o de recreo-, convendrá subirse a los árboles más altos de que dispongamos. Una tribu del Índico se salvó del tsunami del 2004 por subirse todos sus miembros a las palmeras (ver El sexto sentido de los caníbales con cara de perro).
  • Si huye en automóvil y desgraciadamente le coge el frente de ola, abandone su vehículo lo más rápidamente posible. Tiene más posibilidades de salvarse a cuerpo descubierto que dentro de un coche: usted flota, el coche no.
  • En caso de que se encuentre en una embarcación cerca de la costa, no busque el abrigo de ningún puerto, al contrario, en este caso el abrigo se encuentra en mar abierto, ya que las olas son más enérgicas  cuanto más cerca de la costa nos hallemos. En alta mar, los tsunamis son casi imperceptibles.
  • El tsunami no está formado por una única ola, sino por varias olas. Una vez pasada la primera ola, no conviene confiarse. En unos minutos (entre 10 y 45 minutos) puede llegar la segunda y las siguientes.
  • Recuerde que el agua tiene una fuerza inmensa para entrar en tierra firme, pero como toda ola, antes de que llegue la segunda, el agua se retirará hacia el mar y la resaca puede ser tanto o más destructiva que la ola, por el contenido de escombros arrastrados y por los remolinos de corriente del estilo del Maëlstrom que se generan (ver Maëlstrom, el torbellino del infierno).
  • Nunca subestime los avisos de maremoto emitidas por las autoridades. Tenga controlada una radio para informarse en caso de quedar aislado.
  • Si está a salvo y se puede valer por sí mismo, ayude a las demás personas que se encuentren en situaciones similares. Los servicios de emergencias estarán colapsados con total seguridad y no podrá contar con ellos rápidamente.
Esperemos que nunca tenga la necesidad de hacer servir estos consejos, porque en una situación como esta, a parte de toda su sapiencia e inteligencia, necesitaría una buena dosis de buena suerte. Aunque, como todo en la vida, a la suerte siempre se la ha de ayudar. Que se lo digan a los japoneses.

Jinete del Apocalipsis cabalgando a rienda suelta.

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