El tortuoso camino a seguir

Hoy he leído una de las pocas noticias realmente optimistas que he recibido en los últimos días: el comunicado de la cúpula del IRA, en el que se insta a las bases a abandonar el uso de las armas a partir de las 16h (hora de Londres), dado que tras un debate interno han llegado a la conclusión de que hay otras vías alternativas -democráticas y pacíficas- para conseguir la independencia del Ulster de la Corona Británica.

No puedo por menos que desear que la posibilidad de un paralelismo con el asunto de ETA en España y Francia sea un hecho, pero hemos de reconocer que aquí la situación es mucho más difícil para conseguirlo, no por que ETA no pueda hacerlo, que puede claramente, sino porque a diferencia del problema de Irlanda del Norte, el gobierno británico no ha dejado sin salida política - y por tanto, pacífica- a una organización violenta. El Sinn Fein en el Ulster es plenamente legal.

Aquí, por el contrario, Batasuna fue ilegalizada por ser el brazo político de ETA, lo cual ha dejado sin representación política a una rama de la sociedad vasca, justo la misma que la generó. O lo que es lo mismo, que en vez de favorecer a los pacíficos, se ha dedicado a castigarlos con el fin de castigar -indirectamente- a los asesinos. Eso es inteligencia política, si señor.

Las ollas a presión, la única forma que tienen de dejar ir su energía es si se dejan puertas abiertas, no si se cierran. En el caso del IRA, la válvula ha sido el Sinn Fein, porque hemos de tener en cuenta que lo que se ha de penalizar NO SON LAS IDEAS, sino la VIOLENCIA con que se demuestran esas ideas. Todas las ideas son válidas, si se defienden pacíficamente; ninguna idea es defendible si lo es con la violencia.

Sin embargo, en España, durante el gobierno de Aznar, lo que se quiso punir fueron -sobre todo- las ideas. Con la excusa de la eliminación de la violencia y los violentos se hizo una caza de brujas de todo aquella ideología que se oponía a la visión centralista y nacionalista española del PP. Todo aquel que no comulgara con ese pensamiento era poco menos que un terrorista en potencia y se hizo todo lo posible para castigarlos. He aquí la diferencia entre el problema Ulster y el problema Euzkadi. Mientras que la minoría católica norirlandesa tiene un altavoz de sus reivindicaciones, el Sinn Fein, aquí se ha querido dejar a más de 200.000 personas sin voz, simplemente por no estar de acuerdo con sus ideas. Encima, cuando se ha abierto la espita -PCTV- ha faltado tiempo para que desde los escaños de la derecha más carrinclona se solicite su ilegalización, cuando fueron ellos mismos los que legalizaron tal partido. Indignante.

Con una situación así, muy difícil resultará conseguir pacificar el País Vasco, porque en este caso la paz es cosa de más de dos y si las ideas -por muy opuestas que sean a las nuestras- no tienen una representación política pacífica, difícilmente se podrá dar salida canalizada al problema de la violencia, tal y como se ha efectuado en Irlanda del Norte.

De todas formas, y es lo que más me duele, parece que hay gente que desea que la paz no llegue bajo ningún concepto a Euzkadi... y menos durante esta legislatura.

Poca vergüenza.