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Todo el mundo conoce el dicho latino de "Carpe Diem", pero casi nadie lo que le sigue: Memento Mori (recuerda que vas a morir). ¿Un olvido colectivo? ¿O el ciego que no quiere ver? Muchas cosas hay en esta vida dignas de olvidar y muchas otras dignas de que se sepan. Sea lo que sea, no te lo tomes muy en serio: Memento Mori!
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Escrito por
Ireneu Castillo
Hoy, cuento: El trabajo.
Ayer a última hora me llamaron del paro para decirme que tenían un trabajo. No me quisieron especificar nada, pero sí me comentaron que mi perfil concordaba con las de la persona que buscaban. Y aquí estoy, con casi cuatro horas de cola en mis piernas.
La verdad sea dicha, que la espera se hace dura, pero la necesidad imperiosa te obliga a hacer cualquier cosa y a superar cualquier obstáculo. De hecho, hace más de 3 años que quedé en el paro, tras hacer suspensión de pagos la fábrica en la que trabajaba, justo dos meses después de que el administrador se comprara un flamante Lamborghini Gallardo de casi 150.000 euros. Yo, personalmente, no quiero pensar mal, pero...
Fue entonces cuando empezó mi calvario personal, ya que, aprovechando la que aparecía como una época estable, con una faena segura, bien remunerada e indefinida, decidí embarcarme en la compra de un piso y de un nuevo coche dos meses antes del hundimiento de la empresa. De hecho, el ver el nuevo coche del administrador me autoconvenció de la solidez de la empresa y me metí hasta las cejas en una hipoteca de bajo interés y en la financiación de un coche. Aproveché incluso el poco dinero que podía quedarme para comer, ya que acostumbrábamos a comer con los generosos tickets que nos proporcionaba la empresa diariamente. No tenia necesidad de ahorrar nada. Poco duró la alegría.
Al cerrar la fábrica, todo se vino abajo. Fue horrible, con la penosa paga del paro no tenía mas que para comer. La hipoteca, el coche y una inesperada subida de intereses se comieron los paupérrimos ahorros que no me había gastado, y el banco acabó por echárseme encima como un buitre sobre su carroña. Me embargaron y me quedé en la calle, sin piso y sin coche. Pude encontrar un ridículo piso de maloliente e insalubre ambiente a cuyo alquiler tenía que dedicar el 75% de mi paga. Esto que no lo había vivido jamás antes, era lo más parecido al infierno que puede una persona encontrar. Paralelamente buscaba trabajo sin cesar, pero cada entrevista era una nueva derrota. Un no tras otro no... mi estima se encontraba por los suelos, mi perfil no encajaba con nada ni nadie. Me quería morir. Jornada tras jornada aquellas promesas iniciales de recolocación de la plantilla, se presentaban como simples excusas para callarnos, y caí en una profunda depresión viendo como se acercaba el día en que la prestación al desempleo expiraría y no obtenía ningún trabajo. Pensé en suicidarme. Por suerte de la llamada de ayer, que me ha abierto un camino a la esperanza; una luz en mi vida oscura.
Por cierto, ahora me toca...
-¿Sr. García? Mire. La oferta de empleo que hemos recibido es para ser encargado de almacén de una famosa tienda del centro de la ciudad. El contrato, tras un periodo de prueba de 1 mes, será de carácter indefinido con un sueldo muy interesante. El horario de trabajo es el normal de una tienda: de lunes a sábados de 10 a 13.30 y de 16 a 20 h y le tocará trabajar un sábado sí y otro no según el tur...
-¿¿Sábados?? ¡Ni loco! No, no... no me interesa la oferta, lo siento.
-Pero...
-No insista. Por aquí no paso, y no paso. Buenos días.
La verdad sea dicha, que la espera se hace dura, pero la necesidad imperiosa te obliga a hacer cualquier cosa y a superar cualquier obstáculo. De hecho, hace más de 3 años que quedé en el paro, tras hacer suspensión de pagos la fábrica en la que trabajaba, justo dos meses después de que el administrador se comprara un flamante Lamborghini Gallardo de casi 150.000 euros. Yo, personalmente, no quiero pensar mal, pero...
Fue entonces cuando empezó mi calvario personal, ya que, aprovechando la que aparecía como una época estable, con una faena segura, bien remunerada e indefinida, decidí embarcarme en la compra de un piso y de un nuevo coche dos meses antes del hundimiento de la empresa. De hecho, el ver el nuevo coche del administrador me autoconvenció de la solidez de la empresa y me metí hasta las cejas en una hipoteca de bajo interés y en la financiación de un coche. Aproveché incluso el poco dinero que podía quedarme para comer, ya que acostumbrábamos a comer con los generosos tickets que nos proporcionaba la empresa diariamente. No tenia necesidad de ahorrar nada. Poco duró la alegría.
Al cerrar la fábrica, todo se vino abajo. Fue horrible, con la penosa paga del paro no tenía mas que para comer. La hipoteca, el coche y una inesperada subida de intereses se comieron los paupérrimos ahorros que no me había gastado, y el banco acabó por echárseme encima como un buitre sobre su carroña. Me embargaron y me quedé en la calle, sin piso y sin coche. Pude encontrar un ridículo piso de maloliente e insalubre ambiente a cuyo alquiler tenía que dedicar el 75% de mi paga. Esto que no lo había vivido jamás antes, era lo más parecido al infierno que puede una persona encontrar. Paralelamente buscaba trabajo sin cesar, pero cada entrevista era una nueva derrota. Un no tras otro no... mi estima se encontraba por los suelos, mi perfil no encajaba con nada ni nadie. Me quería morir. Jornada tras jornada aquellas promesas iniciales de recolocación de la plantilla, se presentaban como simples excusas para callarnos, y caí en una profunda depresión viendo como se acercaba el día en que la prestación al desempleo expiraría y no obtenía ningún trabajo. Pensé en suicidarme. Por suerte de la llamada de ayer, que me ha abierto un camino a la esperanza; una luz en mi vida oscura.
Por cierto, ahora me toca...
-¿Sr. García? Mire. La oferta de empleo que hemos recibido es para ser encargado de almacén de una famosa tienda del centro de la ciudad. El contrato, tras un periodo de prueba de 1 mes, será de carácter indefinido con un sueldo muy interesante. El horario de trabajo es el normal de una tienda: de lunes a sábados de 10 a 13.30 y de 16 a 20 h y le tocará trabajar un sábado sí y otro no según el tur...
-¿¿Sábados?? ¡Ni loco! No, no... no me interesa la oferta, lo siento.
-Pero...
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Upsss!!! Joer, con ese final no sabía si llorar o reir.
ResponderEliminarXDDDDDDD
ResponderEliminarSon muchos los que no comprenden estas reacciones... yo estuve diez meses en paro, entrampándome con el banco y financieras a cambio de no acceder a ciertas ofertas inadmisibles con tal de dar de comer al churumbel.
Si bajas demasiado tu listón de expectativas, mal lo tienes para subir de nuevo ;-D
Leches, excelente historia. Ante lo explicado sólo puedo comentar que tengas mucho ánimo, de lo cual no dudo. A ti mi querido colega, no creo que te tumben, si te han jodido, te has vuelto a levantar, o estas camino de ello, sinceramente esta es un historia a tener en cuenta y al final harás tuyo el dicho que "no hay mal que por bien no venga". Solo es un cambio, es mi impresión, un giro en la vida, esa fábrica era una mierda y mereces más. Naturalmente te deseo mucha suerte, estoy seguro de que la obtendrás y quisiera leer ese momento con atención y con vida. Salud caballero. Gran lección.
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