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¿Conoces mi último libro?

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Pobles Medievals de Catalunya (2024)

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Capítulo 7: El asunto del canal

El recargo de los ansiosos

- ¡Hola! ¿Tienes Lotería?
- Si, a dos Euros.
-¿Tiene recargo?
- Si. Vale dos euros, pero juegas uno con sesenta.
-¡Bah! Entonces no la quiero.

Todos los que alguna vez se han dedicado a vender lotería de navidad -ya sea por los críos, por la parroquia, por el sindicato o por la asociación con la cual colaboran-, se han encontrado con este chasco. A mí que me perdonen, pero con estos personajes no puedo. Es tal el asco que les tengo, que sólo por joderlos no hago lotería sin recargo. Regalada o con recargo. Nada más.

El hecho de hacer participaciones es una cosa que parte de los colectivos sociales que, de esta forma, obtienen unos ingresos -muchas veces cruciales- para poder seguir con su actividad. El hecho, por tanto, de poner un pequeño recargo, es ni más ni menos que una pequeña ayuda a las asociaciones y clubs que hacen el esfuerzo de repartirlo y llevarlo a todo el mundo. Cuando toca, la alegría se dispara entre amplios colectivos debido a la atomización del premio.

Sin embargo, la gente que solo quiere la lotería sin recargo, lo único que está demostrando es un grado de tacañería y rastrerismo considerable. Es tal el ansia de querer que les toque la lotería -y tan pocas las ganas de gastarse un duro- que prefieren no jugar antes que perder un 20 o un 25% del premio que les toque de la cantidad jugada. El colmo: avaros con un dinero que no tienen, y que -seamos francos- difícilmente tendrán. ¿Se puede ser más egoísta?

Si se quiere lotería sin recargo, simplemente yendo a la primera administración de Lotería que se encuentre tendrá la que quiera, pero pagando los veinte o veinte y pico de euros que cuesta el décimo, claro. Demasiado para el rácano (o rácana) de turno, que lo único que quiere es tener cuanto más números mejor y con el menor coste posible. Con lo que gastas en recargos, si te toca pierdes un montón -acostumbran a criticar. ¡Pero si no te ha tocado nada en la vida! ¡Joder! ¡No juegues a la lotería, entonces, y todo lo que te ahorres será beneficio!

En fin… estamos hablando de personas y dinero: Mezcla explosiva que pone a cada persona en su sitio y destapa las miserias del alma de más de uno.

O como dicen los de Cruz y Raya… ¡El ansia! ¡Ansiosos, más que ansiosos!

Comentarios

  1. Apenas juego lotería. La de la empresa y unas cuantas participaciones de la asociación benéfica a la que pertenece mi padre (con recargo, of course).

    Salu2!!

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  2. Anda, pues ahora me entero de que hay lotería sin recargo! Creía que era algo que se daba por hecho. Desde luego, quien compre pensando que se va a hacer millonario con las papeletas de lotería de Navidad lo tiene crudo...si la gracia es ayudar! para lo contrario supongo que lo mejor es que vayan a una administración de lotería.

    Qué poco espíritu navideño tienen algunos!

    Un saludo.

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  3. Anónimo4:57 p. m.

    ¡Anguciosos, que son unos anguciosos! Esto lo dijo un jefe que tuve de los que me alquilaron mi primer piso (conocidos suyos) por una cantidad ciertamente excesiva (no había otro piso, así que tuve que tragar). Unos días después me discutía el precio de las horas extra, Argumentaba que yo las hacía porque quería, que encima no intentase que él me las pagara.
    Estoy seguro de que no juega lotería con recargo.
    También estoy seguro de que no es feliz...

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  4. Anónimo1:29 p. m.

    El recargo solo lo pago si quiero. Asi ocurre que voy al pueblo de mi padre y en casi todos los sitios tienen recargo para las obras de la ermita. Pues como la ermita es de la Iglesia que la paguen los catolicos, no los que nos gusta la loteria.

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