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Estación de Premià de Mar |
Cuando viajamos en
tren por la costa del
Maresme, a parte de poder disfrutar del magnífico (ejem) servicio de
Cercanías de
Renfe, podremos ver cómo el mar, por obra y gracia de los puertos deportivos construidos
a cascoporro durante los 90, se ha comido buena parte de la costa (
ver Temporales de impaciencia). Es justamente en la estación de
Premià de Mar que el agua ha llegado prácticamente al pie del andén, hasta el punto que ha tenido que ser protegido con un
malecón. Sin embargo, a pesar de esta situación tan “remojada”, llama la atención la existencia de una placa de altitud del
Instituto Geográfico Nacional que marca unos 7 metros sobre el nivel del mar, la cual cosa no deja de sorprender en tanto que resulta evidente que no hay tanta distancia entre el agua y la señal. ¿Qué pasa aquí? ¿Se han equivocado? ¿Han puesto la placa como les ha salido de salva sea la parte? No, no ha sido nada de eso...¿se ha fijado que en esas placas pone alguna cosa de “
nivel del mar en Alicante”? Pues justamente la costa alicantina tiene la clave.
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Placa en la estación de El Masnou |
Hasta no hace mucho tiempo, todas las
estaciones de ferrocarril españoles disponían de una placa de hierro fundido en que el
Instituto Geográfico y Estadístico señalaba la altitud de dicha estación respecto el “
nivel medio del Mediterráneo en Alicante”. El elemento se ha mantenido o perdido según la
sensibilidad patrimonial de los responsables de las obras de reforma que durante el tiempo han sufrido las estaciones, pero si algo destacaba es aquel “en Alicante”. ¿Porqué ha de ser el nivel del mar en
Alicante y no en Valencia, Málaga o Barcelona? Aunque parezca mentira tiene su razón de ser.
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Plano de Montjuïc (S.XVIII) |
Según avanzaron las técnicas de conocimiento del mundo que nos rodea durante el siglo XIX, los estados vieron la necesidad de disponer de
mapas topográficos que, más allá de los subjetivos mapas existentes hasta entonces, informaran de las alturas concretas de cada relieve en cada territorio y permitiera hacer, sobre todo, unos
catastros útiles para los diferentes fiscos europeos -dígales tontos. No obstante, y si bien las técnicas geométricas ya estaban desarrolladas y habían permitido la determinación de los paralelos, meridianos y la del propio
metro (
ver La historia del metro o cuando la globalización se volvió necesaria), la concreción de las alturas de las montañas necesitaban de una red topográfica que partiera de una
base estable. Y, en este caso, la mejor opción era el
nivel del mar, habida cuenta que el agua en su superficie tiende a ser plana. El único inconveniente era la determinación de ese nivel ya que, entre
olas y mareas, la superficie del mar es tan quieta y estable como la cola de una lagartija.
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Escalera de la Reina y Punto 0 |
Así pues, la única forma de obtener un nivel del mar estable que pudiese ser utilizado como estándar fue calcular su nivel medio a partir de una serie muy larga de datos de niveles reales. Una serie que cada país buscó, o halló, en donde pudo, pero que en la España del siglo XIX no se tenía, si bien desde 1853 se disponía del
mareógrafo de Alicante, que no pasaba de ser una regla milimétrica ubicado en la conocida como
Escalera de la Reina en el interior del puerto. Ante la evidencia de que la costa alicantina es la zona de menos variación del nivel de España (entre la marea alta y la baja hay tan solo
43 cm de diferencia, -
ver La bahía de Fundy o las mareas de siete pisos) de un mar ya de por sí estable como es el
Mediterráneo (el hecho de que Alicante sea considerada como “el Puerto de Madrid”, no tuvo ningún peso, faltaría más), en julio de 1870 se hizo que un operario tomase la medida del mar
cada día a las 9, a las 12, a las 15 y a las 18 h. Una toma de datos sistemática que terminó en febrero de 1874 y que sirvió para determinar el
nivel medio a partir del cual comenzar a confeccionar la red topográfica española.
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Escalón con el NP-1 |
De esta forma, a partir del dato del mareógrafo, se determinó el primer
punto geodésico de precisión, el cual se ubicó en el primer escalón de la escalera interior del ayuntamiento de Alicante y que fue bautizado con el nombre de Nivel de Precisión 1 o “
NP-1” para los amigos. Punto que se encontraba, de forma oficial a
3,4095 metros... “sobre el nivel medio del Mediterráneo en Alicante”, evidentemente.
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Placa del Punto Cero |
A partir de este momento, los topógrafos extendieron la red geodésica principal avanzando hacia
Madrid, hacia
Barcelona y hacia
Andalucía siguiendo las vías del ferrocarril, habida cuenta que el tren necesita trayectos lo más planos posibles, la cual cosa facilitaba la confección de una red topográfica nacional de gran extensión. Lógicamente, a partir de esta red principal sería más fácil crear la red secundaria y, con el tiempo tener cartografiado todo el territorio español. Faena que, en su formato de mapas a escala
1:50.000 no acabó hasta el año 1968. Pero... ¿entonces qué tiene que ver con el problema de la estación de Premià?
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Imágenes reales y matemáticas |
El hecho de tomar como referencia el nivel del mar, por muy teórico que sea tiene que ser
contrastado con la realidad y, en este caso, resulta que la superficie del mar no es igual en todos lados porque la tierra no es esférica, sino
achatada por los polos (el conocido como "
geoide"). Ello significa que, cuanto más al norte, menos distancia hay al centro de la Tierra, por lo que la superficie del mar y, por tanto los relieves, están en proporción más bajos, necesitando una serie de
rectificaciones de los cálculos para adaptarse a la realidad. El avance de las ciencias topográficas y geodésicas posteriores han ido adaptando las medidas iniciales, de tal forma que los mapas topográficos actuales ya incluyen las variaciones y rectificaciones locales, cosa que no han hecho las placas de hierro fundido instaladas durante el siglo XIX y que han
fosilizado una lectura que si bien es cercana a la realidad no es exacta y más, si, como ocurre en la actualidad, el nivel del mar por acción del
cambio climático está aumentando.
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Mareógrafo de Marsella |
Así las cosas, cada país adoptó un punto en que el nivel medio del mar fuera lo suficientemente
representativo como para desarrollar su propia red cartográfica (Holanda en Amsterdam, Francia en Marsella, Gran Bretaña en Newlyn, Cornualles, y España en Alicante), adaptándose a las características geográficas de cada uno y, como siempre pasa, muchos jugando con sus
intereses políticos (
ver El wolframio o la batalla perdida por la química española). No en vano casi todos los países de la órbita ex-soviética se basan en el nivel medio del mar en
Kronstadt, una isla ubicada en el
Báltico en frente de
San Petersburgo.
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Superficie real, geoide y elipsoide |
Por su parte, los países que
no tienen costa, o bien utilizan el que correspondería a la representación matemática del planeta (en tanto que utilizar una pelota abollada por todos lados como base es un follón, se han inventado una
superficie matemática que se adaptaría al máximo a la forma real de la Tierra y que se conoce como
elipsoide) o bien utilizan el del país más cercano con mar, tal y como pasa con
Andorra, que también utiliza el nivel de Alicante.
En definitiva, todo un prodigio matemático, físico y geográfico que, como muestra del intento de la Humanidad de comprender un planeta terriblemente complejo y dinámico, se esconde en forma de ignorada placa de hierro fundido ante nuestros siempre atribulados ojos.
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NP-1, el primer punto topográfico de España |
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