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Collblanc - Torrassa, historia del barrio más revolucionario de L'Hospitalet (1)

El populoso barrio hospitalense de Collblanc-Torrassa
El populoso barrio hospitalense de Collblanc -Torrassa

Poseer el kilómetro cuadrado más densamente poblado de toda Europa es el dudoso honor con que ha sido "agraciado" el barrio hospitalense de Collblanc-Torrassa. Esta populosa barriada, ubicada en la frontera con Barcelona, si bien está compuesta por el núcleo de Collblanc y el de La Torrassa -separados a efectos administrativos por la calle Mas- forman en realidad un conjunto continuo e indisoluble tanto a nivel social, como histórico o geográfico. Una historia que, lejos de la idea de suburbio de hace cuatro días que se pueda tener, se remonta, ni más ni menos, que a un mínimo de 2.500 años. Ahí es nada.

Meseta arcillosa que ocupa el barrio
Meseta arcillosa que ocupa el barrio

El barrio de Collblanc-Torrassa ocupa una lengua de tierra relativamente plana que, a modo de península arcillosa elevada unos 20 metros respecto el nivel circundante, está limitada por el lado de levante por el cauce de la Riera Blanca y, por el lado de poniente, por el del Torrente Gornal, cauce que lo separa del barrio de La Florida. Este relieve, resultado de la erosión del piedemonte de Collserola, cae a pico en su límite sur, sobre una serie de terrazas cuaternarias (en las que se asientan las vías del tren) creadas durante la última era glacial a partir de la oscilación del nivel del mar, el cual separaba esta parte del continente de la isla que era la actual montaña de Montjuïc. Una situación costera que se mantuvo hasta bien entrada la época romana, cuando la progresión del Delta del Llobregat unió definitivamente ambos resaltes.

Silo ibérico de la Torrassa
Silo ibérico de la Torrassa

Uno de los testimonios históricos más antiguos de L'Hospitalet se encuentra, justamente, en esta zona de Collblanc-Torrassa y corresponde al Silo Ibérico (ver El silo ibérico de La Torrassa, el ignorado socavón de 2500 años de historia) que se encontró en 1934 al lado del Puente de la Torrassa (o d'en Jordà). En este antiguo silo, datado del siglo V a.C., se han encontrado restos de cerámica ibera, griega y romana, procedente del comercio marítimo entre estos pueblos, los cuales aprovechaban la pequeña bahía que había en lo que hoy es el barrio de Santa Eulalia. Sea como sea, tiempo a venir, la lengua de tierra sobre la que se asientan hoy Collblanc y la Torrassa, quedó limitada por el ramal de interior (actual carretera de Sants) de la Vía Augusta y su ramal costero (actual carretera de Santa Eulalia) que se conectaban a través de los caminos naturales que eran el Torrente Gornal y la Riera Blanca.

Restos del Castell de Bellvís
Restos del Castell de Bellvís

Este espacio, debido a sus suaves relieves, fue rápidamente convertido en un espacio agrícola de secano  (no había agua para regar y las tierras, arcillosas, no daban mucho de sí) gestionado por unas pocas villas romanas aisladas, una de las cuales situada al borde del escarpe de la parte sur, durante la Edad Media, se convertiría en el castillo de Bellvís (ver El Castillo de Bellvís o la indignante precariedad de un patrimonio románico) documentado desde el siglo X. Por su parte, en el sector norte, en el contacto con la Vía Augusta del interior, la erosión dejaba en superficie las blancas arcillas del Plioceno que forman el subsuelo de esta zona, por lo que sus topónimos reflejaban esta realidad geológica, tales como Riera Blanca, Pedralbes (piedras blancas), Terrarios Albos (tierras blancas), y que acabaron por denominar esta zona como Collblanc (collado blanco). La Torrassa, por otro lado, toma el nombre del antiguo castillo de Bellvís que el tiempo transformó en una masía agrícola que destacaba por disponer de una torre en su perfil, cosa que hizo que se le denominara como "Torrassa" (el aumentativo de torre).

El núcleo de Collblanc en 1843
El núcleo de Collblanc en 1843

Así las cosas, las tierras de Collblanc y la Torrassa, alejadas de los centros poblacionales más importantes de la zona (Sants y L'Hospitalet-Centro) durante buena parte de la historia permanecieron muy poco pobladas, dedicadas a la agricultura y a la ganadería. El poblamiento, disperso, se concentraba, sobre todo, en las inmediaciones de la Carretera de Sants que, a partir del 1790 se convirtió en la Carretera Real. Masías como las de Can Rigalt o Torre Barrina gestionaban el territorio, si bien en la zona de encuentro de la Travessera de les Corts con la Carretera de Sants, el trajín de viajeros por la carretera hizo que, al lado de la masía de Can Saurí, se construyera un hostal para atenderlos que sería conocido como el Hostal de Collblanc

Antigua capilla de Collblanc
Antigua capilla de Collblanc

Este hostal, situado a pie de carretera en el solar que hoy ocupa el Rascacielos de Collblanc (ver El pionero pero olvidado Rascacielos de L'Hospitalet) fue el precursor de la ocupación de la zona. Una zona que empezó a crecer a lo largo de la carretera y que convirtió la pequeña capilla de Can Saurí (ver La capilla de Collblanc, la ermita barroca escondida entre platos de sushi) en su templo principal, debido a su lejanía de la ermita de Provençana y, sobre todo, de la de Santa María de Sants, parroquia de la que era sufragánea.

Entrada del cementerio de Sants, en L'Hospitalet
Entrada del cementerio de Sants, en L'Hospitalet

El aumento del tránsito comercial por la Carretera Real, al ser una de las principales salidas hacia el sur de la ciudad de Barcelona, hizo que, durante la primera mitad del siglo XIX, se instalaran diversas industrias por la zona, haciendo de efecto llamada y atrayendo nueva población hacia el incipiente barrio que se estaba formando. La construcción de una nueva canalización de agua procedente del rio Llobregat en 1876 dio alas a la construcción de nuevas industrias y la falta de suelo en el municipio de Sants, debido a su espectacular aumento de población y a los decretos que obligaban a sacar los cementerios de los centros urbanos, llevó a que, en 1878, un convenio con el colindante municipio de L'Hospitalet permitiera la instalación en los -aún- despoblados terrenos del norte de Collblanc, del nuevo cementerio de Sants.

Sardanas en la Carretera de Collblanc
Sardanas en la Carretera de Collblanc

El crecimiento de Sants (todavía independiente de Barcelona) llevó a que la industria viera los cercanos terrenos hospitalenses de Collblanc y Torrassa como un sitio idóneo para instalarse. Ello conllevó un importante crecimiento poblacional en los alrededores del hostal, dando pie a que diversos terratenientes de la zona vieran en la construcción de viviendas una forma de sacar un pingüe beneficio de aquellas tierras agrícolas poco productivas a tocar de Sants. A partir de 1895 se propuso un proyecto de urbanización de Collblanc abriéndose calles en el entorno de la Carretera de Sants (llamada Carretera de Collblanc en su trayecto hospitalense). Sants sería absorbido en 1897 por Barcelona, pero el cambio de administración de los territorios santsenses ni paró su crecimiento, ni el de los territorios aledaños. En 1900, Collblanc disponía ya de una población de 300 personas.

Plaza Española en 1924
Plaza Española en 1924

En 1902 Climent Mas y los hermanos Pere y Manuel Romaní, terratenientes de la parte de La Torrassa, propusieron la urbanización de los solares del sur del barrio, haciéndola coincidir con las calles ya diseñadas de la zona de Collblanc y dejando en el punto más alto el espacio que ocupa hoy la Plaza Española. La  atribulada llegada del agua al barrio en 1905 (ver La sorprendente cláusula que protege la Fuente de la Plaza Española) permitió que todo el espacio se empezara a llenar de casas; primero bajas aprovechando la poca demanda inicial y, progresivamente, cada vez más altas y densas. En 1915 se urbaniza la parte de Torrente Gornal y en 1917 los alrededores de la masía de Torre Barrina. El barrio de Collblanc-Torrassa alcanzaría los 3.800 habitantes en 1920, cifra que multiplicaría por 7 en los 10 años siguientes, lo que supuso la llegada al barrio de los graves problemas derivados de la superpoblación. Problemas que modelarán la idiosincrasia del barrio y que, aún a día de hoy, lo convierten en un auténtico polvorín.

Comentarios

  1. Enfrente de la calle Onesimo Redondo 162 ,construido el bloque en 1962,
    Había una masía que aguantó hasta los 70 si no recuerdo mal.

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