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Capítulo 7: El asunto del canal

Fulguritos, los rayos fosilizados

Fulgurito
Hay a quien le sorprende todavía que entre las piedras hayan restos de animales y plantas de hace millones de años. Estos restos resultan un tanto "mágicos" para un profano, ya que puede llegar a ser difícil de asimilar y comprender cómo puede quedar aprisionado y quedar conservado por siglos y siglos algo tan delicado como un huevo, un pez o una simple hoja. El registro fósil es extraordinaria y sorprendentemente minucioso y se han encontrado desde pisadas de la época de los dinosaurios a "cacas" y "pipís"  (ver Coprolitos o las cacas que vinieron del pasado)  de todo tipo de animales. Sin embargo, a nadie se le ocurriría pensar, ni por un momento, que algo tan volátil y breve como un rayo, pueda quedar fosilizado. Pues se equivoca de todas todas. Estos rayos fosilizados existen, y se llaman fulguritos.

Rayos descargando en el mar
Cuando se produce una tormenta, las fuerzas de la naturaleza se desatan en forma de fuertes precipitaciones y un potente aparato eléctrico, que descarga en forma de rayos y truenos la fuerza eléctrica de miles voltios que se genera entre las nubes. Estos rayos la mayoría de las veces se producen dentro mismo de los cúmulonimbos de tormenta, pero algunas veces descargan directamente en la tierra afectando a todo lo que pille por medio, ya sea un árbol o una edificación humana cualquiera.

Colección de fulguritas
En esta situación, lo que se vea afectado queda totalmente achicharrado habida cuenta las temperaturas de hasta 7000 grados que se producen en el momento de la descarga. Si es una edificación humana y no está preparada con un pararrayos, el camino que haga el rayo al atravesarla hasta tocar la tierra, simplemente se carbonizará, no así si está convenientemente defendida con el invento de Benjamín Franklin. Si cae en una linea eléctrica o telefónica, hará saltar todo lo que esté conectado a ella o bien lo quemará. Innumerables faxes, teléfonos y contestadores acaban quemados cada año por estar conectados en el momento de descarga de un rayo.

Cuidado con los árboles y los rayos
En la naturaleza, la peor parte se la llevan los árboles , ya que al ser unos auténticos pararrayos naturales, acaban por atraer buena parte de los rayos que se producen en el campo. Si no hay árboles, cualquier cosa que sea un poco prominente respecto la superficie y que tenga cierta atracción de la electricidad estática es susceptible de atraer al rayo, ya sea una oveja, un caballo... o una persona. Y esto que puede parecer extraordinario, no lo es, ya que se producen cientos de afectados al año en el mundo, con preferencia en las zonas costeras, donde la playa convierte a cualquiera que esté en ella durante una tormenta en un pararrayos perfecto. No obstante, no siempre encuentra una sombrilla o un incauto bañista para descargar.

Fulgurito en forma de raíz
Cuando el rayo descarga directamente en la arena, los 300.000 amperios y los hasta 7000 grados que lleva el rayo hacen que los granos de arena de la playa literalmente se fundan, creando una figura, el fulgurito (del latín fulgur -rayo-) que, a modo de raíz de unos pocos centímetros de ancho (de 5 a 20 mm) y hasta ocho metros de profundidad, fosiliza la forma que tenía el rayo y su trayectoria dentro de la arena hasta que la energía que llevaba se disipó.

Fulgurito dentro de la arena
El fulgurito (o fulgurita) está formado por granos de arena silícica fundida o semifundida, llamada de forma general lechatelierita, que en realidad es un tipo de vidrio natural, muy poroso y frágil. Esta formación toma la forma ramificada de la descarga, y es relativamente fácil de encontrar en las playas y zonas arenosas (tales como desiertos de arena) de todo el mundo donde se producen caídas de rayos. Resulta destacable que, igual que aparecen en la actualidad, también es posible encontrarlos en estratos arenosos procedentes de antiguas playas fosilizadas en las que una vez cayeron rayos hace millones de años, pudiéndose utilizar entonces como piedra semipreciosa para joyería.

La naturaleza es un auténtico saco de sorpresas que apenas alcanzamos a conocer. Fenómenos como el rayo, que pudiéramos pensar que por su instantánea brevedad no tendría porqué dejar ningún rastro, en realidad puede dejar una profunda huella que trasciende los siglos, demostrando que todo lo que pasa en el planeta queda escrito, de una forma u otra, en este libro sin fin que es la Tierra


Fulguritos, los rayos fosilizados

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Comentarios

  1. Anónimo11:29 p. m.

    Hola Eri de verdad de que me a gustado mucho Este escrito sobre los Rayos, y lo eh encontrado interesantisimo, y sobre todo muy curioso, estoy seguro de que hay un montón de personas que lo desconocían como yo,

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