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Todo el mundo conoce el dicho latino de "Carpe Diem", pero casi nadie lo que le sigue: Memento Mori (recuerda que vas a morir). ¿Un olvido colectivo? ¿O el ciego que no quiere ver? Muchas cosas hay en esta vida dignas de olvidar y muchas otras dignas de que se sepan. Sea lo que sea, no te lo tomes muy en serio: Memento Mori!
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Escrito por
Ireneu Castillo
La Torre del Diablo, una misteriosa montaña de película
Una torre enigmática |
Vista aérea de la Torre del Diablo |
La Torre del Diablo o Devils Tower -La torre de los diablos, en inglés- se encuentra ubicada en la cordillera de las Black Hills (ver Crazy Horse Memorial, el alma india de la tierra), a caballo entre Dakota del Sur y Wyoming cerca del pueblo de Hulett, y destaca por ser una auténtica torre de piedra que se levanta verticalmente unos 264 metros respecto la llanura que la envuelve, lo que la hace perfectamente visible desde muchos kilómetros a la redonda. Este hecho, junto a la curiosa estructura columnar de la misma, la convirtieron en una montaña sagrada para los nativos americanos así como merecedora, en 1906, de que Theodore Roosevelt la declarara el primer monumento nacional de los Estados Unidos.
La Torre del Diablo |
La Torre del Diablo tiene un diámetro de unos 243 m en la base y una cumbre plana situada a 1.560 metros sobre el nivel del mar -hábitat de hierbas y cactus nativos- que hace 55 metros en su eje este-oeste y 92 metros en el norte-sur. Este otero descomunal está formado por fonolita porfirítica, un tipo de roca ígnea que contrasta absolutamente con las rocas sedimentarias (areniscas, lutitas y yesos) que la rodea, la cual cosa ha levantado numerosas especulaciones sobre su origen.
El origen más extendido a nivel de calle es que se trataba de un antiguo volcán extinto al cual se le erosionó el cono que lo rodeaba. Sin embargo, la no existencia de material piroclástico en su alrededor ni en zonas aledañas y el hecho que la fonolita sea una roca ígnea intrusiva, ha hecho decantarse a los geólogos hacia una explicación diferente. En este caso, se trataría de una intrusión de magma que, atravesando las capas sedimentarias circundantes, no llegó a salir a la superficie. Ello provocó un enfriamiento lento del magma, cristalizando en forma de columnas hexagonales -aunque también de 4, 5, y 7 caras-, quedando progresivamente al descubierto según la erosión fue eliminando el blando terreno sedimentario circundante (ver La calzada que vio correr a dos gigantes). Y hasta tal punto es dura la torre, que los geólogos piensan que la última columna que cayó lo hizo hace unos 10.000 años. Ahí es nada.
No obstante, los nativos americanos de la zona (Kiowas, Arapahoes, Cheyennes y Shoshones -ejem-, entre otros) tienen otra visión, mucho más poética de su origen.
Vista desde la base |
Según ellos, un grupo de niños sioux (ver La trascendencia de un idioma despreciado) que se alejaron demasiado de su poblado, se toparon con el oso Mato, un inmenso oso Grizzly que tenía las uñas de las garras del tamaño de las tipis (las cabañas indias), el cual decidió que serían su almuerzo. Los niños, al verse sorprendidos por el monstruo, rezaron al Gran Espíritu para que los salvara y, de pronto, empezó a crecer y crecer la roca sobre la cual estaban. Mato, encolerizado y viendo que perdía su piscolabis matutino, empezó a arañar la roca con sus garras para intentar cogerlos, pero por más que arañaba todo el contorno, más ascendía la roca hasta que, molesto y frustrado, abandonó el lugar, dejando a los pequeños en paz. Un águila -el águila Wanblee- los cogió y los llevó de vuelta a su poblado sanos y salvos finalmente, dando de esta forma origen a la Torre del Diablo.
Sea como sea, la enigmática Torre del Diablo no deja indiferente a nadie con su halo de misterio y de grandiosidad que desprende. A sus pies resulta fácil comprender porqué unas 400.000 personas se desplazan anualmente a visitar este espectáculo que la naturaleza nos brinda, altiva y orgullosa, a nuestros siempre miopes ojos.
La Torre del Diablo, una montaña de película |
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